Se acerca el fin del año 2016 y el Año Nuevo 2017,
y a parte del encuentro con amigos y familiares para despedir el año con
campanadas y uvas, hay otra tradición que se repite, año tras año, en
enero, y de la que participan más de mil millones de personas en más de 80
países. Se trata del Concierto de Año Nuevo de Viena (Das Neujahrskonzert
der Wiener Philharmoniker), un concierto de música clásica que cada año se
realiza en la Musikverein de Viena, Austria, y que es
emitido en directo por las televisiones de varios países del mundo.
La tradición se remonta a 1939, cuando el 31 de diciembre la
Orquesta Filarmónica de Viena realizó un concierto extraordinario fuera de
calendario. Dos años después empezó ya a realizarse para Año Nuevo y recibió
formalmente su titulo actual. Los directores que han pasado por su batuta han
sido unos cuantos ya. Hasta mediados de los 80 solían ser repetitivos y
longevos, con nombres como Clemens Krauss, Josef Krips, Lorin Maazel o Will
Boskowsky (quien dirigió el concierto durante 25 años). Posteriormente se
fueron invitando a directores ajenos que han ido salteando y entre los que
destacan nombres como Herbert von Karajan, Claudio Abbado, Zubin Mehta o
Daniel Barenboim. En 2017 será el venezolano Gustavo Dudamel el
encargado de dirigir el Concierto de Año Nuevo de Viena, convirtiéndose,
a los 35 años, en el más joven en dirigir el concierto.
Desde 1959 el concierto se emite por televisión, llegando a
la audiencia de mil millones de personas y facilitando también que pueda ser
visto por cualquier persona, ya que in situ la escasez de localidades obliga a
realizar sorteos para acceder al Musikverein y las entradas pueden dispararse
hasta llegar a más de 1.000 euros por asiento.
La tradición ya cuenta con que el repertorio musical del Concierto
de Año Nuevo de Viena será uno determinado: principalmente se tocan piezas
de la familia Strauss (Johann Strauss padre, hijo, Josef Strauss y Eduard
Strauss). Cuando termina el concierto, siempre se tocan algunas piezas extra,
pero desde 1958 se termina invariablemente con el vals El Danubio Azul de
Johann Strauss hijo y la Marcha Radetzky, de Johann Strauss padre.
Las flores que decoran el órgano de la sala vienen cada año
regaladas por la ciudad de San Remo, en Italia.
Para continuar con un Año Nuevo musical en Viena lo
mejor que se puede hacer es visitar alguna de las casas de famosos compositores
que se han convertido en museos de la capital austríaca:
-Museo Beethoven (Pasqualatihaus): En realidad Beethoven tuvo
residencia en muchas casas de Viena durante los 35 años que vivió aquí, pero la
de Pasqualatihaus ha sido acondicionada como museo. Data del siglo XVIII y era
un bloque de pisos en el que Beethoven tenía habitaciones en el cuarto piso.
Aquí vivió ocho años y trabajó en sus sinfonías 4ª, 5ª, 7ª y 8ª, y
especialmente en su ópera Fidelio. En el pequeño museo se encuentran
algunos objetos de uso personal del compositor, un piano, documentos y varios
cuadros de él o familiares, entre los cuales destaca el retrato de 1805 pintado
por Willibrord Joseph Mähler.
-Casa de Mozart en Viena (Mozarthaus): aquí vivieron Mozart y su familia
de 1784 a 1787, mientras escribió su gran ópera Las bodas de Fígaro y
tres de los seis Quartetos Haydn.
Es el más grande y lujoso apartamento que ocupó Mozart en su vida, y el único
que se mantiene intacto, por lo que pasear por sus salas es como visitar al
compositor mientras estaba trabajando en sus obras. Hay cuatro grandes salas,
dos más pequeñas y una cocina, amobladas con muebles de la época y vitrinas
donde se muestran documentos y objetos personales. Quizá la pieza más
interesante es un reloj musical de 1790 que toca una variación de su obra KV
616, Andante para un cilindro en órgano pequeño, que parece ser que
Mozart escribió a propósito para el mismo reloj.
-Museo Strauss (Strauss Museum Wien): si una familia está ligada al pasado
musical de Viena es sin duda la de los Strauss, y tienen su museo en Viena. A
través de documentos y objetos personales se traza la vida y obra de sus componentes:
Johann Strauss padre e hijo, Josef Strauss y Eduard Strauss. Unas audioguías
permiten explorar hasta 14 salas temáticas que van desde la invención del vals hasta
la expansión musical de Viena.
-Casa de la Música (Hausder Musik): se
trata de un museo interactivo del sonido que permite jugar con la música incluso
de manera científica. Desde hace quince años entusiasma tanto a visitantes
ocasionales como a músicos expertos con sus salas dedicadas a la Filarmónica de
Viena, al descubrimiento musical y a las nuevas tendencias. El museo busca
especialmente investigar otras opciones de aprendizaje musical fuera de la
educación clásica. En 2015 se firmó un acuerdo para replicar el museo en México,
convirtiendo la Casa de la Música de allá en el primero de los desarrollos
internacionales de la Haus der Musik.
Sin duda alguna para melómanos y amantes de la música clásica
Viena es un polo de atracción siempre, pero para estas fechas de Año Nuevo,
Viena es la capital musical de Europa y, quizás, del mundo.
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