Ya ha salido publicado el último número (134) de la revista BUEN VIAJE, en el que aparece mi artículo "LUXEMBURGO: AIRES DEL MEDIEVO SOBRE ACANTILADOS" con el que describo como es la ciudad céntrica de Europa con sus edificios modernos pero también su centro histórico (Patrimonio de la UNESCO) y sus antiguas fortificaciones.
Luxemburgo no solo es una de las capitales financieras de Europa, sino también un país lleno de contrastes en el que abundan rincones de paz y tranquilidad campestre o castillos medievales como el de Vianden, una de las joyas arquitectónicas del medievo europeo y que tiene también su lugar en la crónica del reportaje.
Puedes leer el reportaje aquí.
29 nov 2016
28 nov 2016
KOMODO al TIRAMILLES
Un cop al mes al programa TIRAMILLES de la COPE entrevisten a un viatger dels que participen amb els seus relats a la revista MAGELLAN, per a entrar amb més detall dins del viatge proposat. Aquest cop laCarme Ayala m'entrevista per a parlar del viatge a les illes de KOMODO, a INDONÈSIA, del qual la revista ha publicat un article. Parlem de la bellesa agresta del paisatge, de la solitud de les illes i de la singularitat dels dragons gegants, animals gairebé de llegenda que gairebé converteixen el viatge a KOMODO en un retorn al món dels dinosaures.
Audio: TIRAMILLES_COPE_Komodo.mp3
26 nov 2016
CASCADAS VICTORIA en eBiz AFRICA Review
Ya ha salido publicado en la revista eBiz AFRICA Review mi artículo "LAS CATARATAS VICTORIA, UNA OBRA MAESTRA", en el que describo una visita a las famosas Cataratas Victoria del río Zambeze, entre ZAMBIA y ZIMBABWE, "descubiertas" por el explorador David Livingstone en 1855 y bautizadas en honor de la reina de Gran Bretaña.
En realidad, las cataratas eran llamadas por los nativos como Mosi-oa-Tunya, El Humo que Truena, por la gran nube de vapor que se levanta del fondo del cañón al que cae el agua y el sonido de ésta al caer, que se escucha desde kilómetros de distancia. Sin duda es uno de los espectáculos naturales más increíbles que se pueden observar en el mundo, una verdadera Obra Maestra que cada año atrae a miles de turistas.
24 nov 2016
QUE VER EN CRACOVIA
Cracovia,
la antigua capital de Polonia, tiene multitud de atracciones que la convierten
en una de las ciudades más interesantes del norte de Europa. Para que no te
pierdas nada de lo más interesante en tu próxima visita aquí te explicamos
QUÉ VER EN CRACOVIA
1) Colina de Wawel
Cracovia
nació en el siglo VII en la actual colina
de Wawel, que domina la ciudad. Una leyenda dice que fue fundada por el mítico guerrero Krak sobre la cueva
donde vivía un dragón. La cueva (Smocza Jama) todavía es hoy una visita obligada
dentro de los tours que se realizan por el casco histórico de la ciudad pero,
como todas las leyendas, su fundamento es improbable.
Desde
lo alto de la colina de Wawel se observa el río Vístula, con la gran extensión
de la ciudad moderna a lado y lado del río, pero lo interesante de la colina no
son las vistas sino los edificios que en ella se encuentran, en especial el
Castillo Real y la Catedral.
Una foto publicada por Jordi Canal-Soler (@jordicanalsoler) el
El Castillo Real está compuesto por varios
edificios, torres, anexos y protecciones, aunque el original empezó a construirlo Casimiro III el Grande
en el siglo XIV. Desde entonces la colina en la que se asienta se ha visto
modificada por todos los reyes y gobiernos que le han sucedido. Durante siglos fue la residencia de los reyes
de Polonia y actualmente a parte de ser un museo histórico lo es también
artístico, cuya pieza más famosa es La
Dama del Armiño de Leonardo Da Vinci.
La Catedral de Wawel es más antigua, ya
que se encuentra además encima de otra construcción anterior. Cracovia se
constituyó como obispado en el año 1000 aproximadamente, y poco después ya se
había construido aquí una iglesia. La catedral actual, sin embargo, es del siglo
XIV, de estilo gótico y llena completamente de capillas funerarias donde están
enterrados varios reyes y obispos. Es muy curiosa la entrada, barroca, de la
que cuelga un hueso de ballena
encontrado en las proximidades.
2) Stare Miasto (Ciudad Medieval)
Cuando
se decidió destruir las murallas de la ciudad vieja de Cracovia (Stare Miasto),
se hizo convirtiendo el espacio que ocupaban las murallas en un espacio verde
que envuelve a la ciudad vieja en un gran anillo. Esto permite hacerse muy
buena idea de como eran las dimensiones de la ciudad medieval que creció al pie
de la Colina de Wawel: es una ciudad pequeña, en la que se puede pasear
tranquilamente y en la que encontraremos algunos elementos destacados.
El Centro Histórico de Cracovia está
inscrito (junto a la colina de Wawel) en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Puerta de San Florián: para muchos es
la entrada por la que acceden a la ciudad vieja de Cracovia. Formaba parte de
la antigua muralla (desde el siglo XIV) (justo después de la barbacana) y tiene
la figura de San Florián (patrón de los bomberos) en su cara interior.
Plaza del Mercado (Rynek Glówny): es la plaza medieval más grande de
Europa, con una extensión de 40.000 metros cuadrados. De hecho, es tan grande
que en su interior se acomodan magníficamente el mercado Sukiennice (un edificio renacentista de 1555) que era el puesto de
compra cubierto, la Torre del
Ayuntamiento de Cracovia (del siglo XIII) y la Iglesia de San Adalberto (del siglo XI y muy pequeña). Alrededor de
la plaza, las casas conservan el encanto de las construcciones medievales. Aquí
también se encuentra la estatua en honor de Adam Mickiewicz, poeta y patriota
polaco del siglo XIX.
Basílica de Santa María: con dos torres casi gemelas que se levantan delante de la Plaza del
Mercado, la Basílica de Santa María, construida con ladrillos, es
inconfundible. La completó Casimiro III el Grande en 1365. En su interior se
conserva el magnífico Altar de la
Dormición, un retablo de Veit Stoss, el más grande de Europa (de 12 metros
de longitud por 11 de altura) tallado enteramente en madera entre 1477 y 1489
en un precioso estilo detallista.
A cada
hora hay que mirar en lo más alto de una de las torres de la Basílica para ver
al trompetista del Hejnał mariacki.
Desde hace setecientos años varios trompetistas se van turnando para marcar
cada hora desde la torre. Tocan una corta melodía cuatro veces, una desde cada
una de las ventanas que dan a los cuatro puntos cardinales. Se dice que el sonido
de la trompeta era una señal para indicar que debían cerrarse las puertas.
Durante una invasión tártara (ver el post sobre los Tártaros de Polonia) uno de los vigías tocó la trompeta
para impedir el acceso a la ciudad de los enemigos, pero estos le lanzaron una
flecha que se le clavó en el cuello antes de que pudiera terminar la melodía.
Por ello cada vez que se toca la trompeta se termina abruptamente su canción.
Universidad Jaguelónica: otro de los grandes atractivos de
Cracovia es la Universidad Jaguelónica, una de las universidades más antiguas
del mundo. Fundada en 1364 por Casimiro III el Grande. Aquí estudiaron Nicolás Copérnico, Juan Pablo II y el antropólogo BronisławMalinowski. Se puede visitar varias de las salas, el comedor, el salón y la
Sala de Reuniones. En el dintel de una de las puertas que le da acceso se puede
leer el motto de la Universidad: “Plus Ratio Quam Vis” (Razón antes que
fuerza). La sala de instrumentos científicos es de las mejores del mundo, con
instrumentos de todo tipo, algunos de ellos que pertenecieron a personas
influyentes, como el sextante que
perteneció a Napoleón Bonaparte.
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4) Kazimierz (barrio judío)
Al
otro lado del río Vístula se encontraba la ciudad de Kazimierz, antes un
municipio independiente pero ahora uno de los barrios de Cracovia. Aquí
floreció una gran comunidad judía, cosa visible con las varias sinagogas que todavía existen. Durante
la invasión nazi aquí se construyó el gueto de Cracovia y hay varios monumentos
y placas que recuerdan ese trágico episodio de la historia de la ciudad.
5) Fábrica de Oskar Schindler
El
Museo de Cracovia ha utilizado parte de lo que queda de la fábrica de Oskar
Schindler para instalar aquí su Museo de la Ocupación Nazi de Cracovia, en la
que explica, con todos los pormenores, detalles de las atrocidades perpetradas
por los nazis contra la población polaca y judía de la ciudad. También se
muestra una sala con algunos objetos personales de Oskar Schindler, el
industrial pro-nazi que sin embargo salvó a centenares de judíos de morir en
los campos de concentración. Se puede ver su escritorio y un enorme mapa de
Europa donde podía ir viendo el avance de las tropas durante la guerra.
Totalmente recomendable.
Cracovia es mucho más que esto, pero… dejaré que lo descubras.
18 nov 2016
VENECIA ALTERNATIVA
Cualquiera que ya la haya visitado sabrá que Venecia es
una ciudad turística. De hecho, la visita tanta gente que es uno de los
ejemplos más claros que se utilizan para explicar la masificación de los
destinos turísticos: largas colas en los museos, aumento de los precios en los
restaurantes y en las góndolas, tapones en las calles para pasar,… El turismo
puede ser incluso molesto para los vecinos o para los propios turistas que
quieren disfrutar de una ciudad de ensueño.
Si ya visitaste Venecia sabrás de lo que estoy hablando, y
si quieres visitarla, quizá te amedrente la cantidad de cosas malas sobre la
ciudad que te habrán contado.
Por ello aquí te explicamos como ver la Venecia
alternativa, aquella que está un poco alejada de los puntos más conocidos y
que te permitirá conocer una ciudad con otro ritmo más relajado y tranquilo.
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QUE VER DE VENECIA ALTERNATIVA
Mercato del Pesce al Minuto
La mejor forma de acercarse al carácter de un pueblo es visitando su mercado. Venecia tiene varios mercados, pero uno de los más curiosos es el Mercado de pescado en la zona de Rialto, junto al Gran Canal. Aquí las barcas de los pescadores descargan sardinas, lenguados, calamares, cangrejos, almejas y todo tipo de pescados que se exponen en las paraditas bajo el techo porticado del edificio gótico. Al lado se encuentran las paradas de fruta y verdura con sus variedades del huerto y los jocosos tenderos que van reclamando la atención de los transeúntes con gritos y piropos.
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La Casa de Marco Polo
Medio escondida entre las callejuelas cercanas al Teatro Malibran, en la Corte Seconda del Million, al lado de un estrecho canal, nadie diría que la moderna fachada oculta la casa donde nació el comerciante más conocido de Venecia, Marco Polo. En realidad, solo es la casa que se erigió en el mismo lugar, puesto que la original se quemó en 1597. Una placa marca el lugar donde nació el famoso viajero que dicen que fue el introductor de la pasta en Italia traída desde China.
La casa no se puede visitar y quien busque un museo relacionado con Marco Polo se va a quedar frustrado, puesto que no existe en Venecia. Lo que sí que queda cercana a su casa natal es una librería que lleva su nombre. Quizá ahí encontrará el lector su Libro de Maravillas que le hizo famoso.
Los leones vikingos del Arsenal
Junto a la entrada del Arsenal de Venecia, una base naval en el distrito de Castello donde se guardaban los barcos del ejército, uno puede encontrar cuatro estatuas de leones de mármol blanco. Originalmente se encontraban en el Pireo, el antiguo puerto de Atenas. En 1687, cuando los venecianos atacaron a los turcos apostados en el puerto, Francesco Morosini se los llevó como botín de guerra. Fue durante este episodio que los cañones venecianos destrozaron también parte del Partenón.
Uno de los leones, conocido como el León del Pireo, es una estatua esculpida hacia el año 360 a.C. y que desde el siglo I o II d.C. estuvo en el puerto justo sentado enfrente de una fuente, con agua que le salía de la boca medio abierta.
En el siglo XI unos soldados varegos, vikingos mercenarios de la guardia personal del Emperador de Bizancio, grabaron runas vikingas en el lomo y espalda del león. Ya cuestan de leer, pero en el siglo XVIII el diplomático sueco Johan David Åkerblad las reconoció como runas. En el siglo XIX, Carl Christian Rafn las tradujo. Hacen referencia a la revuelta griega que sofocaron los varegos y menciona a Áskell, Thorleifr, Úlfr y Horsi, que “ganaron oro en sus viajes”.
Calles solitarias de Venecia
Fuera de las calles más céntricas alrededor de la Plaza de
San Marcos, Venecia es tan grande que es fácil perderse por el intrincado
laberinto de sus callejuelas y canales. Quizá no serán tan espectaculares como
el Gran Canal, pero las calles y los canales de los barrios más periféricos de
la ciudad conservan su arquitectura tradicional, están exentas de tráfico y en
ellas uno puede sentirse que está descubriendo en solitario esa ciudad con la
que había soñado. Hay comercios que no venden únicamente souvenirs y se ven a
señoras mayores con el carrito de la compra. En los canales, las embarcaciones
útiles sustituyen a las góndolas: grúas, recogedores de basura, alguna
ambulancia,…
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Plazoletas con encanto de Venecia
De tanto en tanto aparecen entre estas callejuelas
solitarias alguna plaza pequeña, normalmente abierta frente a una iglesia,
donde se respira un aire libre lejos de la estrechez de sus calles. Son sitios
para relajarse y pensar en la época en la que en Venecia se comerciaba con todo
el mundo y en estas plazuelas se encontraban los comerciantes para discutir los
precios de sus mercancías o ir a misa para agradecer el éxito de sus últimas
empresas.
Museo Civico di Storia Naturale di Venezia
Paseando por estas calles menos conocidas, uno se puede
topar con algunos museos poco visitados pero que son verdaderas joyas
escondidas. Es el caso del Museo de Historia Natural de la ciudad de Venecia,
instalado desde 1923 en un palacio cercano al Gran Canal, el Fontego dei
Turchi, construido en el siglo XIII para la familia Pesaro y que durante un
tiempo fue el local donde los comerciantes turcos hacían su negocio. Es uno de
los edificios seculares más conocidos de Venecia, pero solo a nivel fotográfico
y pasando por delante en el vaporetto. Pero poca gente lo visita.
El edificio puede ser viejo, pero el interior y la
exposición están perfectamente modernizadas. Es de especial atención la colección
de dinosaurios y otros fósiles, de preparaciones anatómicas, objetos
etnográficos, una biblioteca con más de 40.000 volúmenes y más de dos millones
de objetos y animales.
La iglesia de San Barnabás
Actualmente la iglesia de San Barnabás ya no es una
iglesia de culto a Dios, sino que se utiliza para albergar exposiciones, pero
para los cinéfilos amantes de las películas de Indiana Jones sigue siendo un
lugar de culto. Porque el exterior de esta iglesia del distrito de Dorsoduro,
en el campo de San Barnabás, tiene un papel protagonista en la película Indiana
Jones y la Última Cruzada. En su interior figura que se encuentra una
biblioteca con una “X que marca el lugar” donde está la tumba del
caballero cruzado cuyo escudo guarda la inscripción que revela donde se
encuentra el Santo Grial.
La iglesia original es de 1350, pero en 1776 se construyó la
gran fachada neoclásica.
Harry’s Bar
A pocos centenares de metros de la Plaza de San Marcos, el
famoso Harry’s Bar queda un poco escondido y pasando junto a sus puertas
y ventanas enrejadas poco hace pensar que este sea uno de los bares más famosos
del mundo. Pero en la barra del bar fundado en 1931 por Giuseppe Cipriani
bebieron hombres tan conocidos como Noel
Coward, Somerset Maughan, Charlie Chaplin, Orson Welles, Truman Capote y,
sobretodo, Ernest Hemingway, que tenía una mesa en un rincón que ocupó
cada día del invierno de 1949 a 1950. y que menciona en varias de sus novelas.
13 nov 2016
PAÍS DOGÓN EN AIRE LIBRE
Este mes de noviembre se publica en la revista AIRE LIBRE mi reportaje "UN TREKKING POR EL PAÍS DOGÓN", en el que trazo un itinerario montañero por la base y la cima del acantilado de Bandiagara, una falla de más de 300 kilómetros de largo en el sudeste de MALI, donde vive todavía el pueblo Dogón diseminado en varios pequeños poblados y que conserva algunas de sus tradiciones animistas como sus bailes, máscaras, caza tradicional o incluso el entierro de sus muertos en altura, en agujeros excavados en el acantilado.
Acompáñanos a África para descubrir la esencia del País Dogón.
11 nov 2016
TÁRTAROS DE POLONIA
En
este post descubrirás quienes son los Tártaros
de Polonia y sabrás como esta etnia procedente de oriente mantiene aún sus
tradiciones y su religión islámica
entre la mayoría católica del país.
La
mayor parte de los 38 millones de habitantes de Polonia son practicantes de la
religión católica (de hecho veneran a Juan Pablo II, el papa de origen polaco),
pero entre las religiones minoritarias se encuentran principalmente los ortodoxos
y los judíos. Y aunque reducido a menos
de cinco mil personas y alejados hasta la frontera Este con Bielorusia, también
un pequeño grupo de musulmanes de la etnia Tártara.
¿Quiénes son los Tártaros de Polonia?
En el
siglo XIV, Vitautas el Grande, Gran Duque de Lituania, cuyo territorio se extendía por lo que hoy es el este y
norte de Polonia, invitó a un grupo de tártaros a instalarse en esta tierras de
grandes bosques y campos para asentarse y ejercer de fuerza de choque contra
invasiones vecinas. Se conocen como los Tártaros de Lipka, y siguen habitando
las regiones de Lituania, Bielorusia y Polonia en la que se asentaron.
Descendían de los ejércitos de Genghis Khan diseminados por Europa, y el
tártaro es aún una lengua de origen turca hablado por esta minoría.
Además
de su lengua también conservan su otra característica identitaria: su religión
musulmana.
Los tártaros de Kruszyniany
En Kruszyniany,
un minúsculo pueblo al Este de Polonia, muy cerca de la frontera con
Bielorusia, el paisaje es de extensiones onduladas de campos cultivados. Aquí
la población vive principalmente de la agricultura y trabaja toda la semana en
el campo, y llegado el día de culto, descansan.
Pero a diferencia de sus
vecinos cristianos que van a misa el domingo, aquí los tártaros de
Kruszyniany descansan los viernes para ir a la pequeña mezquita del pueblo.
Sus antepasados llegaron aquí hace trescientos años, invitados por el rey Juan
III Sobieski después que los Tártaros le salvaran la vida en la batalla de
Párkány en 1683. Los primeros tártaros en llegar fueron los soldados del
coronel Samuel Murza-Krzeczowski, uno de sus guerreros más apreciados, un héroe
para ellos. No queda nada de esa época, pero los campesinos aún pueden indicar
donde estaba la granja del coronel.
La mezquita de Kruszyniany
La
mezquita de Kruszyniany se remonta a mitad del siglo XVIII aunque fue renovada
en 1846. Es un edificio de madera pintada de verde, con dos estrechas torres
que se elevan en uno de los flancos, y si no fuera por las medias lunas doradas que las coronan sería difícil diferenciarla de las iglesias típicas de la zona
de Bialystok.
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Durante
la Segunda Guerra Mundial fue impactada por una bomba que no llegó a explotar,
e incluso sirvió como hospital de campaña alemán (que había invadido Polonia)
durante un tiempo. Fue entonces que se llevaron parte de los tesoros y ajuares
de la mezquita, y ahora su interior, aunque alfombrado y con algunas
decoraciones en las paredes, aparece bastante vacío. La mezquita tiene dos
entradas: una para los hombres y otra para las mujeres, que tienen una zona
delimitada para ellas.
Los tártaros polacos son musulmanes, y siguen su credo con la misma fe que los cristianos o judíos polacos. Y lo más significativo de todo ello es que su religión no les hace sentirse segregados de sus compatriotas. Por encima de todo, son polacos.
Los tártaros polacos son musulmanes, y siguen su credo con la misma fe que los cristianos o judíos polacos. Y lo más significativo de todo ello es que su religión no les hace sentirse segregados de sus compatriotas. Por encima de todo, son polacos.
Fue
esta fidelidad a su patria nueva la que hizo que, por ejemplo, cuando los
turcos invadieron Austria y sitiaron Viena, los tártaros lipka se encontraban
entre los ejércitos cristianos que derrotaron a los otomanes musulmanes. Desde
que Vitautas el Grande los llamó para poblar sus tierras, los tártaros,
excelentes jinetes y soldados aguerridos han participado en todas las guerras
de Polonia y algunas extranjeras con unidades especiales de caballería.
Cerca
de aquí, otra población mantiene una de las mezquitas más viejas de Polonia, la
de Bohoniki.
El cementerio musulmán de Kruszyniany
A
apenas 100 metros de la mezquita, en un pequeño monte arenoso cubierto de
árboles, se encuentra, vallado por un muro de grandes piedras, el cementerio
musulmán (mizar) de la comunidad. La lápida más vieja (que ya casi con las
inscripciones borradas por el paso de los años parece una simple piedra) es de
1744. Los textos están escritos en árabe, polaco o ruso en alfabeto árabe (e
incluso algunas en cirílico ruso), y muchas de ellas tienen inscripciones de
fragmentos del Corán. La mayoría de las tumbas son viejas, y las nuevas son de
gente mayor que murió de viejo.
El futuro de los tártaros
Es la
reducida población de tártaros y su extremada minoría frente a los polacos
cristianos que puede hacer peligrar la subsistencia de esta etnia. Los jóvenes,
que van a estudiar a las principales ciudades del país, pierden también su fe y
sus tradiciones, por lo que muchos de ellos no regresan a sus pueblos y acaban
quedándose a vivir en las ciudades cristianas, incluso formando familias de
credo mixto en las que el cristianismo acaba imponiéndose aunque sea por
comodidad.
En la
población de Białystok, la capital de la zona de Podlasie, se encuentra
el Museo de Białystok que contiene algunas piezas tártaras (unas 70),
coleccionadas por Maciej Konopacki, uno de los tártaros que empezó a recuperar
las tradiciones. Białystok es también donde se encuentra la mayor población
tártara de Polonia, y donde se encuentra la Unión Religiosa Musulmana, el
organismo que los agrupa en el País, además de que en la ciudad también se
encuentra el Centro Islámico,
un edificio moderno construido con ayudas de otras naciones musulmanas.
Antes
de que desaparezca su cultura, en Kruszyniany los vecinos se han
propuesto recuperar el orgullo tártaro. La mezquita, aunque no sea usada para
la plegaria ni exista ya un imam que los sermonee el viernes, es un museo
abierto a todos los visitantes que llegan con la curiosidad de conocer a los
últimos tártaros de Polonia.
Restaurante y museo tártaro
Los
visitantes de Kruszyniany hambrientos pueden degustar platos tradicionales tártaros en el restaurante Tatarska Jurta,
un complejo de restauración que incorpora desde hace poco un museo tártaro en
el que se exhiben unos cuantos vestidos, alcoranes y otras reliquias del pasado
tártaro del pueblo y de los Bogdanowicz, la familia propietaria del
restaurante. Los platos más tradicionales a probar son los Kartoflaniki (una especie de empanadillas de carne) y la Babka
ziemniaczana (un pastel de carne y verduras).
Una decoración interior de madera bien cuidada da idea de cómo son las granjas tradicionales tártaras, y para los que quieran evocar los orígenes nómadas de los tártaros, afuera, delante de los establos, se encuentra una yurta tradicional tártara como las que se usan todavía en Mongolia.
Una decoración interior de madera bien cuidada da idea de cómo son las granjas tradicionales tártaras, y para los que quieran evocar los orígenes nómadas de los tártaros, afuera, delante de los establos, se encuentra una yurta tradicional tártara como las que se usan todavía en Mongolia.
El
museo, que poco a poco crecerá, será el punto dinamizador de la cultura, con la
realización de charlas sobre los tártaros, demostraciones de tiro al arco y
caballería e incluso conciertos de música tradicional. Esperemos que la cultura
tradicional tártara y especialmente su religión se mantengan aún, puesto que
desde el siglo XIV son la prueba fehaciente de que en Europa islam y cristianismo pueden vivir juntos sin problema.
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