2 jun 2017

CHITWAN, el parque de los rinocerontes en Nepal

Cuando uno piensa en Nepal siempre le vienen a la mente las altas montañas del Himalaya, con templos situados en vertiginosos acantilados, unas cuantas banderitas volando al viento y los caminos repletos de sherpas porteando inhumanas cargas. Y Nepal es eso. Pero también es mucho más, como por ejemplo el Parque Nacional de Chitwan, una zona de selva tropical repleta de animales salvajes.
En el sur del país, haciendo frontera con la vecina India, se extiende una región llana, donde las montañas más altas apenas superan los mil metros, donde los ríos fluyen tranquilos en sinuosos meandros y donde la vegetación, lejos de ser arbustiva, florece en una selva tropical casi impenetrable.

En este post te explicamos lo que hay

QUE VER EN LA SELVA DE CHITWAN, NEPAL

QUE VER EN CHITWAN, NEPAL
El gran atractivo del sur de Nepal es el Parque Nacional de Chitwan, el primero que se instituyó en el país en 1973 y en el que viven rinocerontes, leopardos, elefantes y varios tipos de ciervos y cocodrilos.
Como lugar dentro de la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, el Parque Nacional de Chitwan es uno de los destinos favoritos por los turistas que visitan Nepal, especialmente por la facilidad de ver a la fauna local.
Rinoceronte indio en Chitwan

Un Parque Nacional bien conservado

Hasta los años 1950 la selva cubría casi todo el Valle de Chitwan. Entonces, más de 800 rinocerontes indios habitaban la región. El lugar era habitado también por poblaciones esparsas de tribus locales, como los Tharu, que se habían adaptado a la vida en la selva y que, especialmente, habían conseguido una cierta resistencia ante la malaria rampante. 
Cuando empezaron a escasear tierras de cultivo en el norte, en los años sesenta, se talaron grandes zonas y se eliminaron los mosquitos con DDT. Llegaron miles de personas del norte, y la población de rinocerontes bajó hasta 95. El gobierno tuvo que hacer algo: delineó los más de 900 kilómetros cuadrados del Parque Nacional de Chitwan y creó una guardia forestal especializada para combatir la caza furtiva, dispuestos en varios campamentos a lo largo y ancho del parque.

El Parque de los rinocerontes

Afortunadamente gracias a esa iniciativa la población actual del rinoceronte indio en Chitwan se ha recuperado hasta los más de 500 individuos y este Parque es el mejor lugar del mundo para observar al rinoceronte (Rhinoceros unicornis). Pero se vea o no al rinoceronte (o al tigre, el otro gran animal bastante presente en el parque, con 126 ejemplares) una visita a Chitwan es una de las mejores maneras de ver que no todo en Nepal son montañas.
Alrededor del parque, al otro lado del río Rapti, hay varios pueblos con hoteles o albergues, pero junto al agua del río, frente a la misma selva repleta de langures y macacos Rhesus, se encuentran algunos resorts que, al estilo africano, permiten vivir la naturaleza salvaje con cierta comodidad.
Desde los resorts pueden organizarse excursiones en todoterreno hacia el interior del parque. Se cruza el río Rapti por un largo puente y después de superar un control de ingreso se puede circular por los caminos de arena y disfrutar de la vegetación exuberante. La palabra Chitwan viene de Chitta Wan, que significa el corazón de la jungla, por lo que el bosque tropical selvático es el principal bioma del parque. Los bosques de sal (Shorea robusta) predominan en el parque, pero aquí y allá aparecen charcas donde se abrevan los animales y donde a veces se refrescan los rinocerontes. El todoterreno avanza por las pistas forestales y se detiene cuando se observa algunas de las cuatro especies de ciervo que se pueden ver en el parque: ciervo porcino (Axis porcinus), muntjac (Muntiacus muntjac), axis (Axis axis) y el sambar (Rusa unicolor).
Axis en Chitwan
En algunos tramos, el bosque deja paso a grandes extensiones de hierba alta (conocida como hierba elefante). Este es el lugar favorito de los rinocerontes, que campan a sus anchas por la hierba, lejos de la prisión de troncos que representa el bosque.
Es aquí, pues, donde hay que ir con ojo avizor, puesto que los rinocerontes pueden estar a tres o cuatro metros de la carretera y no verlos por la falta de visibilidad.
A lo largo del parque existen unas cuantas torres de vigilancia donde se puede subir para escanear el horizonte expandido con los binoculares. Desde los casi veinte metros que alcanza algunos de estos machan, o refugios de cazador, se distingue claramente cualquier rinoceronte que esté en la vecindad.
Son animales grandes (de más de tres metros y medio de largo y unos dos mil kilos de peso) que tienen la tranquilidad de su coraza de piel y que no temen a nadie. Es por ello que es relativamente fácil de dispararles (y por ello la caza furtiva tiene que estar muy controlada) o de verles. Tomo una excursión en jeep por la selva y veo primero a un macho solitario y después a una hembra con una cría más alejada, ya al borde de la selva. Desde lo alto del machan distinguí aún otro ejemplar, más grande y con un cuerno (uno solo tienen los rinocerontes  de esta especie) que le llegaba al palmo.

Hay que ir prevenido contra la lluvia. Chitwan es una selva tropical de clima monzónico, y a pesar de que las lluvias suelen concentrarse en una cierta época del año, casi cada tarde del año puede llover. Y cuando llueve las carreteras se convierten en una pista de patinaje en la que las ruedas del todoterreno parecen ir cada cual a una dirección distinta.

Un paseo en canoa

Las aguas del río Rapti pueden ser el marco para una magnífica excursión en canoa para conocer de cerca otras especies animales de la selva de Chitwan. Se suele utilizar una canoa fabricada con un tronco de árbol vaciado y guiada tanto por un barquero con pértiga a la proa como por otro con remo a la popa. El ritmo suave del agua invita  a la contemplación tranquila de la naturaleza salvaje que se extiende más allá de la borda. Algún martín pescador posado en un árbol cercano espera el momento propicio para lanzarse en picado al agua para capturar un pez. Al borde del agua, apenas sacando los ojos y los espiráculos a la superficie, distingo el morro de un cocodrilo de las marismas (Crocodylus palustris). Los ingleses lo conocen como mugger crocodile, palabra originada del Hindi magar, que significa “monstruo acuático”. No parecen muy agresivos cuando son pequeños, pero pueden llegar a tener hasta cuatro metros de largo.
Canoas en el río Rapti de Chitwan
Paseando en canoa por el río Rapti de Chitwan
Hay cocodrilos en Chitwan que pueden llegar a ser incluso más grandes (hasta seis metros), pero en realidad no son cocodrilos sino gaviales (Gavialis gangeticus). Son del mismo orden pero de otro género distinto, y se distinguen por el estrecho morro lleno de dientes salidos y una especie de protuberancia (muy desarrollada en los machos) en la punta de las fosas nasales. Los gaviales están en grave peligro de extinción (se calcula que solo quedan doscientos ejemplares en libertda), por lo que proyectos que ayuden a su repoblación son inestimables. En la selva de Chitwan existe un centro de cría de gaviales para poder liberarlos cuando llegan a un cierto tamaño, y se puede visitar para conocer la manera que tiene el gobierno de Nepal para combatir con la amenaza de la extinción de esta especie.  

Un safari en elefante

Hay otra manera de moverse por la selva de Chitwan. Es la que usó desde siempre la realeza nepalí y la aristocracia local cuando venían aquí para cazar: se subían a un elefante y desde la seguridad de la altura podían atravesar ríos y charcas y mares de hierba alta. La caza ya no es permitida en Chitwan, pero los elefantes siguen estando ahí y los jinetes que ahora llevan son turistas y visitantes con ganas de ver a la fauna salvaje. Propiamente no se puede visitar el Parque de Chitwan a lomos de elefante, porque las visitas ahí en este medio están ahora prohibidas. En el interior del parque hay elefantes salvajes y elefantes domésticos, pero estos últimos solo sirven para los guardias forestales, que les utilizan para patrullar y para poder arreglar los caminos. Pero sí existen rutas en los alrededores del parque que pueden hacerse a lomos de elefante, una experiencia que le transporta a uno a los tiempos de los maharajás. El paquidermo avanza casi en silencio, instruido por su mahout solo con una ligera presión de los pies detrás de las orejas y algunas instrucciones vocales (pueden llegar a comprender 20 palabras). 
Elefante recorriendo uno de los caminos de Chitwan
Mahout y elefante descansando en Chitwan
Safari en elefante para ver rinocerontes en Chitwan
Visitantes de Chitwan en elefante

El poblado de Tharu


Una visita a la selva de Chitwan no sería completa si no se ve una aldea Tharu. Esta es una de las etnias que habita la región. Son descendientes de indios del Rajasthan provenientes del desierto del Thar que llegaron aquí en el siglo XII y que desde entonces han sabido adaptarse perfectamente a las condiciones de la selva. Sus casas de caña y barro son frescas en verano y cálidas en invierno. Casi no tienen ventanas, en parte para evitar la entrada de mosquitos y, según sus creencias, evitar que entren los malos espíritus. Trabajan los campos de arroz y tienen vacas como ganado, y una de las actividades que realizan suele ser los bailes tradicionales que muestran casi cada noche en alguno de los lodge. Chicas vestidas de blanco y decoradas con sortijas y brazaletes dorados bailan y cantan al son de tambores y flautas en una danza de ritmos monótonos que, en el calor de la noche, se confunde con los ruidos cercanos de la selva: los grillos lastimeros, los monos gritones y el opaco rugido de algún tigre hambriento… 

Campos de arroz Tharu en Chitwan
Chica tharu en Chitwan
Danza tharu en Chitwan


Agradecimientos a los que hicieron posible este viaje:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...