Podéis leer el reportaje aquí: Reportaje Marrakech
29 mar 2018
MARRAKECH y ESAUIRA en BUEN VIAJE
Este mes de marzo se publica en la revista BUEN VIAJE mi reportaje "ESAUIRA Y MARRAKECH: MAR Y MONTAÑA EN MARRUECOS" en el que escribo sobre estas dos ciudades de MARRUECOS, tan diferentes pero tan similares a la vez. Visitamos la plaza Jamaa El Fna, la mezquita de la Kutubía, el Palacio de la Bahía y el Jardín de Majorelle en Marrakech. Y después nos desplazamos a la costa para pasearnos por el casco antiguo de Esauira, una delas ciudades más bonitas de Marruecos.
MUSCAT, CAPITAL DE OMÁN
A diferencia de los Emiratos Árabes vecinos, el Sultanato
de Omán ha sabido mantener su pasado tradicional sin volcarse en una
alocada urbanización. Su capital, Muscat, sigue siendo casi la misma
pequeña ciudad portuaria que heredó de su padre en 1970 el Sultán Qaboos bin
Said al Said.
Aquí te contamos
QUÉ VER EN MUSCAT, CAPITAL DE OMÁN
Muscat, ciudad moderna pero contenida
El sultán modernizó tanto la ciudad como el país,
pero sin las monumentales construcciones de otras partes de la península de
Arabia. Así, Mascate sigue siendo una ciudad accesible a pie.
En la ciudad de Muscat se han encontrado restos
humanos que indican una presencia en el lugar desde hace 8.000 años. Más tarde
sería conquistada por el imperio Sasánida, en el siglo VII se islamizó y a
partir del siglo IX fue gobernada por el primer Imán.
El poder económico de Muscat se ejerció sobre la
región desde el siglo XVII, llegando hasta Zanzibar. Voy caminando por la
corniche de Mutrah, el ancho paseo marítimo que recorre la costa y está lleno
de tiendas y locales de comida. Entro en el restaurante Bait Al Luban para cenar al estilo de Omán: pido una arsiya, un
plato de carne y arroz con salsa de dátil. De postre, halwa, el dulce típico de
la región.
Zoco de Mutrah
El zoco de Mutrah es uno de los más antiguos
del mundo árabe, una colección de callejuelas laberínticas en las que se vende
de todo: especias, oro, plata, incienso, perfumes, jazmín, productos de
plástico Made in China,… En un ir y venir constante de gente, es un sitio
bullicioso pero a la vez ordenado, en el que se ven muchos de los productos
que, desde la antigüedad, fueron importados en los grandes barcos dhows desde
Persia, India y África.
Camino por los callejones iluminados y enseguida me
llega el olor del incienso, que quema en espirales de humo frente a los
comercios. Producido en la región de Dhofar, al sur del país, el incienso fue
la principal mercancía que intercambiaron los omaníes en sus viajes por la
costa de Arabia, África e India. Aquí también es el lugar para comprar (siempre
regateando) dagas khanjar (de forma curvada y que forman parte de la
bandera), dishdashas (el largo vestido de los hombres) y kuma
(sombreros cilíndricos de tela brodada para dar frescor).
Puerto de Sultán Qaboos
El puerto frente a Muscat lleva el nombre del
Sultán, y es uno de los puertos principales de Omán en una situación
privilegiada del Golfo Pérsico. Alrededor del puerto hay un paseo marítimo muy
agradable sobre todo al anochecer, cuando la brisa marina refresca el ambiente
y el calor se evapora. Hasta aquí llegan barcos dhows turísticos, como los
construídos en la cercana ciudad de Sur y que permiten navegar al estilo que lo
hizo el legendario Sinbad el Marino, originario de Omán.
Gran Mezquita del Sultán Qaboos
La
principal mezquita de Omán, terminada en el año 2001, lleva el nombre del
Sultán Qaboos, su impulsor. Es una de las mayores mezquitas del mundo y, sin
duda, de las más bonitas. Está construida con piedra blanca (con 300.000
toneladas traídas de India) y su musalla
(el principal salón de plegarias) tiene casi 75 x 75 metros con una cúpula
central que se levanta hasta 50 metros de altura. Su minarete principal de 90
metros de altura, sus cuatro torres anexas y la cúpula principal son uno de los
identificadores del paisaje de Muscat.
Lo
más impresionante es la alfombra que cubre la sala de rezos: tiene 70x60 metros
de superficie, pesa 21 toneladas y tiene 1.700 millones de nudos realizados a
mano. Para iluminar toda la sala, el candelabro hecho por la empresa Faustig en
Italia, tiene 14 metros de alto y es el mayor del mundo.
Palacio de Al Alam
El
Palacio de Al Alam (La Bandera) del
Sultán Qaboos, en Muscat, es un edificio antiguo, de casi doscientos años,
pero con una fachada de cuatro grandes columnas de oro y azul de gusto estético
discutible. De todas maneras, a pesar de la decoración fastuosa, se le ve
sencillo y humilde comparado con otros palacios de la península de Arabia. Es
una de las seis residencias del sultán y, de lejos, es la más sorprendente.
Solo se puede ver desde el exterior de una verja, o desde los miradores del mar
desde los que se ven también los fuertes
Mirani y Jalali, construidos en el siglo XVI por los portugueses.
Museo Bait Al Zubair
Ocupando
un antiguo palacio particular, el museo Bait Al Zubair guarda una gran
colección de objetos tradicionales omaníes, desde dishdashas de todas las
regiones, varios khanjar con empuñadura de cuerno de rinoceronte, sellos,
aperos, armas,… Una maravilla de museo que permite conocer perfectamente el estilo
de vida en el omán de antes de la reforma del sultán Qaboos.
El barco Sohar
En
una de las rotondas de la carretera que resigue la costa en Muscat se encuentra
un barco dhow de madera. No es un
barco cualquiera. Fue construido en Omán en 1980 según las antiguas técnicas y
lo capitaneó el explorador británico Tim
Severin durante el largo viaje de ocho meses (entre 1980 y 1981) que les llevó
a él y a su tripulación por el Mar de Arabia hasta la India, Sri Lanka, Calcuta
y, a 9.600 kilómetros de Omán, hasta Cantón en China. El barco se llama Sohar y sirvió para poder seguir los
pasos del navegante legendario (dicen que nacido en Omán) Simbad el Marino.
18 mar 2018
HAWAII 5 a ELS VIATGERS DE LA GRAN ANACONDA

El passat 11 de març es va emetre el cinquè capítol del nostre viatge per HAWAII a
Els Viatgers de la Gran Anaconda de Catalunya Ràdio, el programa dirigit per Toni Arbonès i referència sobre viatges a Catalunya. Vam seguir parlant de HAWAII en una sèrie de programes en els que intentarem donar una visió global de l'arxipèlag més allunyat del món.
Jordi Canal-Soler, ha anat una mica més lluny, fins a les illes Hawaii, per observar aquest flash de llum del Raig Verd. La situació de l'arxipèlag, al mig de l'oceà Pacífic, i les condicions de netedat atmosfèrica, fan d'aquestes illes, un altre lloc privilegiat per observar-lo. A la recerca del Raig Verd a les illes Hawaii, amb el periodista de viatges, Jordi Canal-Soler.
Acompanya'ns, si et ve de gust, a "Els viatgers de la Gran Anaconda".
Aquí pots escoltar el programa sencer:
MAURICIO en MUNDO NEGRO
En la revista MUNDO NEGRO publico el artículo "MAURICIO, La Isla Criolla", en el que escribo sobre la descendencia de los esclavos llevados a la isla de MAURICIO y como han ido forjándose una cultura particular que ha acabado siendo un ejemplo de integración racial para todo el resto del mundo.
Mauricio, descubierta en el siglo XVI por los portugueses, poblada después por holandeses, franceses y británicos, era una isla sin población humana antes de la llegada del hombre blanco. Para trabajar en los campos de caña de azúcar trajeron mano de obra barata: primero esclavos del resto de África, y después indios y bengaleses de las colonias británicas. El resultado ha sido una de las sociedades más mezcladas de África pero en la que la cultura criolla, desarrollada por los esclavos para poder comunicarse con los amos de las plantaciones, se ha empezado a utilizar como nexo de unión entre todos los habitantes de la isla.
Mauricio, descubierta en el siglo XVI por los portugueses, poblada después por holandeses, franceses y británicos, era una isla sin población humana antes de la llegada del hombre blanco. Para trabajar en los campos de caña de azúcar trajeron mano de obra barata: primero esclavos del resto de África, y después indios y bengaleses de las colonias británicas. El resultado ha sido una de las sociedades más mezcladas de África pero en la que la cultura criolla, desarrollada por los esclavos para poder comunicarse con los amos de las plantaciones, se ha empezado a utilizar como nexo de unión entre todos los habitantes de la isla.
9 mar 2018
Entre el desierto y la montaña de Omán
Agreste
y árido, de altas cumbres afiladas y quebradas por la erosión, el paisaje del
norte de Omán se complementa con las
suaves dunas de arena fina del desierto de Sharqiya. Y en los oasis entre la
montaña y el desierto florecen algunas ciudades antiguas cuyos fuertes y
castillos guardaban la frontera.
Aquí
te contamos qué ver en el
DESIERTO Y MONTAÑA DE OMÁN
Las montañas de Al Hajar
La costa del norte de Omán está separada del
desierto interior por la cordillera de los montes Al Hajar. En árabe
significa “Las Montañas Rocosas” y el nombre está perfectamente escogido, ya
que si algo define a las montañas de Omán es su esencia rocosa: la escasez de
lluvias impide el crecimiento de cualquier vegetación en las laderas
montañosas, que aparecen totalmente desnudas y se convierten en esculturas de
piedra erosionadas por el viento, perfectos libros de geología que
cuentan la historia de millones de años. Pero sí llueve un poco en las montañas
de Al Hajar, y cuando lo hace el agua se precipita pendiente abajo y acaba
formando ríos de aguas cristalinas estacionales, llamados uadis, del que Omán
está repleto. Uadi Shab, Uadi Tiwi,… muchos de ellos se han convertido en
atracciones turísticas con senderos bien marcados para adentrarse en sus márgenes
llenos de vegetación.
Uadi Bani Khalid
Entro en Uadi Bani Khalid, uno de los más
espectaculares por el gran palmeral plantado en su extremo final y el lago que
se forma poco antes. Lo bordeo encaramándome por las rocas que lo flanquean,
refrescando mi vista aquí y allá en las pozas de aguas turquesas que se forman
entre las paredes del cañón que se abre en la montaña. El sol quema en el
cielo, pero a la sombra del desfiladero y sumergiendo los pies en el agua
fresca apenas se nota el calor.
Jebel Shams y el Cañón de Arabia
Una carretera me lleva mucho más arriba, cerca de Jebel
Shams que, con 3.009 metros, es la más alta del país. Camino aquí por un
sendero aéreo que bordea la parte interior del Cañón de Arabia desde el
pueblo de Al Khitaym. Las vistas son espectaculares, con mil metros de caída
hasta el fondo del valle y la pared del lado contrario levantándose frente a
mí. Un par de buitres surcan los vientos dando vueltas y cuatro cabras buscan
comida entre secos arbustos. El lugar es remoto y agreste, pero aquí vivió una
próspera comunidad plantando vegetales en terrazas suspendidas, viviendo en
cuevas y bebiendo agua de las cascadas. El desierto es también hospitalario en
los uadis.
Nizwa
La
mayor de las ciudades entre las montañas y el desierto, Nizwa tiene una larga historia (fue capital de Omán durante los
siglos VI y VII d.C.) y un enorme fuerte en el centro que la protege. El fuerte
data de 1668, cuando el sultán Bin Saif Al Ya’rubi decidió protegerla del
ataque de las tribus vecinas. Es el monumento nacional más visitado, en parte
por la facilidad de acceso, ya que se encuentra justo en el centro de la
ciudad. Nizwa es una ciudad de comerciantes, con un gran mercado donde perderse
entre los tenderetes, regatear, admirar la producción de cerámica local o dejarse
seducir por alguno de los perfumes tradicionales que se venden en el zoco. La
ciudad creció alrededor de una gran plantación de dátiles, pero también porque
aquí paraban todas las caravanas que cruzaban el desierto hacia la costa.
Cerca
de Nizwa se encuentra el falaj Daris,
uno de los muchos canales de irrigación que conducen el agua de las montañas
hacia los campos de cultivo y que son parte del milagro de que la vida haya prosperado
en este lugar del desierto de Omán.
Bahla
La
gran joya arquitectónica de Omán es el fuerte de Bahla, en la ciudad del mismo nombre, un gran oasis fortificado.
Desde 1987 forma parte de la lista de Patrimonio
de la Humanidad por la UNESCO, y con razón. Es un enorme recinto amurallado,
de altas y sólidas torres, construido
enteramente con ladrillos de adobe (barro y paja sin cocer).
El
fuerte fue construido entre el siglo XII y XV por la tribu de los Banu Nebhan,
que controlaban el comercio de incienso en la zona. De 1154 a 1624, los Banu Nebhan
gobernaron Omán y se enriquecieron gracias a las caravanas de incienso que
pasaban por aquí desde Dhofar a Sohar, Bahrein, Bagdad y Damasco.
También es muy interesante la vecina mezquita de los
viernes, con un gran mihrab (púlpito)
esculpido y que se encuentra en un promontorio junto al fuerte, dominando la
vieja ciudad y el palmeral. Una muralla protegía antiguamente la ciudad y aún
quedan huellas de los grandes muros y puertas.
Sharqiya
Sands, el desierto amable de Omán
Pero si algo destaca en esta región al oeste de las
montañas es Sharqiya Sands, un desierto de dunas de 12.500 kilómetros cuadrados
con varios campamentos en los que disfrutar de una noche en el desierto. El
todoterreno que me lleva a Oryx
Camp a toda velocidad parece flotar en la arena fina y
navegar por las dunas como si fueran olas. Este dune bashing es parte de la aventura en el desierto para ver la
puesta de sol, una experiencia inolvidable que me prepara para la cena en el
gran comedor. Es el momento de disfrutar de la auténtica comida omaní
escuchando música tradicional de tambores y laúd: arroz machboos, tripas en
muqalab y curry de carne. Los dátiles y un café con cardamomo terminan
endulzando la velada, y cuando termina la música salgo afuera del mahlis, la sala comunitaria. El silencio
es casi absoluto: solo escucho los granos de arena movidos por la brisa, el
leve ronroneo de un par de órices en un corral cercano y el quejido de los
camellos que me llevarán mañana a ver la salida del sol desde las dunas
cercanas. La noche es fresca, pero me quedo un buen rato contando las estrellas
antes de retirarme a mi tienda a descansar.
Aquí, en Omán, incluso el
desierto es acogedor.
2 mar 2018
SUR Y LA COSTA DE OMAN
Dice la leyenda que Simbad el Marino era originario
de la ciudad de Suhar, en Omán y, como él, muchos mercaderes surcaron
las aguas del océano Índico para comerciar. Utilizaban para ello los famosos
barcos dhow, de altas e inclinadas
proas y grandes velas latinas. En el desértico Omán, la madera escasea, pero
los vínculos comerciales con el otro lado del Golfo de Omán y el Mar de Arabia
se hacen evidentes al estudiar la arqueología y descubrir que, ya hace miles de
años, la madera utilizada en Omán se importaba de India.
En este post te contamos qué ver en
SUR Y LA COSTA DE OMÁN
Quriyat
El primer contacto con la costa de Omán se puede
obtener en Quriyat (a veces escrito como Qurayyat), una pequeña población que
encontramos en el viaje hacia la ciudad de Sur. Su ancha playa de arena
protegida la hizo perfecta como puerto de las barcas de pescadores que
sobreviven en las aguas cercanas. Ocupada por los portugueses, construyeron
varias fortalezas y torres de defensa, de las que quedan un par: un gran fuerte
en el interior, y la torre del fuerte Al Sahel, erigida sobre una roca
que parece flotar sobre el agua de la bahía frente al puerto.
Bimmah Sinkhole
La geología en Omán es espectacular, y no solo en
sus montañas, sino también en sus cuevas y algunas curiosidades locales. Una de
ellas es Bimmah sinkhole, un agujero excavado en la roca que tiene un
lago de aguas cristalinas en su base. En realidad se trata de un cenote, una
caverna creada por la erosión de la roca calcárea que terminó colapsando y
dejando abierto un agujero de unos 50x70 metros y una profundidad de 20 metros.
Hay un parque arbolado construido alrededor del agujero y unas escaleras permiten
acceder al fondo para bañarse en las frescas aguas.
Wadi Shab
Wadi
Shab es uno de los wadis más escénicos de todo Omán, un río que ha labrado un
cañón en la roca de 30 kilómetros de largo. Su extremo, junto al mar, es solo
accesible en barca, y a partir de ahí el camino lo bordea durante dos
kilómetros internándose entre paredes de roca dorada. Aparecen charcas,
cascadas, pozas y una lujuriante y verde vegetación entre la aridez del
desierto rocoso, bordeadas por palmeras datileras. Hay que nadar por una laguna
interior hasta una cascada escondida debajo de una roca para descubrir todo el
encanto de Wadi Shab.
Qalhat
La ciudad de Qalhat fue una de las más
importantes de Omán a partir del año 1230, convirtiéndose en uno de sus
principales puertos comerciales antes del fin de la Edad Media. Fue parte del
antiguo reino mercader de Hormuz (en Irán), y ofrecía un buen recaudo a los
barcos comerciales en la península de Ras al Hadd y agua gracias a las fuentes
de los valles de las montañas. Las murallas de un kilómetro que circundaban la
ciudad y los acantilados que la protegen del mar no fueron suficientes para
aguantar el ataque de la armada portuguesa en 1508 y desde entonces la ciudad
quedó en ruinas. En las crónicas de viajeros medievales como Marco Polo
(1254-1324) e Ibn Battuta (1304-1377) se menciona la ciudad como una de las más
ricas de la región. Solo queda de ella algunos muros desmoronados, una cisterna
y el mausoleo de Bibi Mariam, un edificio cuadrangular que permite
intuir la riqueza arquitectónica de la ciudad. Se cree que fue construido en el
año 1311 D.C., con piedras de arenisca y coral, y estaba ricamente decorada con
estuco y cerámica azul de Persia. Su arquitectura sugiere un vínculo con los
actuales Irán e Irak, puesto que se parece a construcciones encontradas allá. Sus
ocupantes fueron Bibi Mariam (muerta en 1329) y su marido, Baba ad Din Ayaz,
gobernador de Qalhat y de Hormuz, que murió en 1311.
Sur, el último reducto en la construcción de dhows
En la ciudad de Sur, a dos horas en coche de
Mascate, se puede ver uno de los últimos dhows
que surcaron las olas transportando carga. La proa afilada y grácil del Fatah
Al Khair corta ahora solo el aire en el dique seco en el que se encuentra
exhibido el barco frente al mar. Hubo un tiempo en que la ciudad de Sur contaba
con más de trescientos barcos como este para el transporte de mercancías hasta
África, Persia e India. El barco se terminó de construir en 1952, y tiene la
forma y velamen de un Ghanjah, pensado para comerciar. Visitó los puertos de
Aden, Básora, Sri Lanka y Zanzibar. La madera se ha conservado tan bien porque
es de teka. La ciudad de Sur lo compró en 1993 y desde entonces lo exhibe como
un monumento glorioso a su pasado navegante.
También se puede ver en una colina sobre Sur el castillo de Sunaysilah, una enorme construcción que domina toda la ciudad y que fue construida al poco de ser expulsados los portugueses, en 1650 d.C. Las vistas sobre la ciudad (extensa y de casitas blancas y bajas) son magníficas y llegan hasta distinguir perfectamente la franja de mar cálido sobre la que se asienta Sur.
También se puede ver en una colina sobre Sur el castillo de Sunaysilah, una enorme construcción que domina toda la ciudad y que fue construida al poco de ser expulsados los portugueses, en 1650 d.C. Las vistas sobre la ciudad (extensa y de casitas blancas y bajas) son magníficas y llegan hasta distinguir perfectamente la franja de mar cálido sobre la que se asienta Sur.
En los astilleros de Sur, frente a la torre de
vigilancia de Al Ayjah también se construyen los últimos dhows tradicionales, a
mano. Todos los obreros son indios, porque ya no quedan omaníes que conozcan el
arte de fabricarlos, y artesanos de Kerala trabajan en los dos barcos anuales
que se construyen en los astilleros.
Ras al Jinz Turtle Reserve
Las
torturadas formas de las rocas en la costa de Ras Al Jinz son excelentes para obtener fotos de geología
surrealista. Pero esta península en el extremo oriental de Omán también es el
lugar en el que se han hecho varias excavaciones arqueológicas que han
permitido descubrir una gran riqueza comercial entre Omán y el Valle del Indo y
Mesopotamia, con restos de hace más de 4.300 años. Aquí se han encontrado
cerámicas del Indo y brea (para calafatear) que solo podía provenir de
Mesopotamia.
Pero
si de día las playas y rocas de Ras al Jinz son espectaculares, de noche son
todavía más increíbles, puesto que durante todo el año acaban llegando a la
playa centenares de tortugas verdes (Chelonia
mydas) que salen del agua para buscar un sitio donde excavar el agujero en el
que ponen unos cien huevos cada una de ellas. Ras al Jinz es uno de los mejores
lugares del mundo para ver la puesta de las tortugas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)