23 may 2016

GRANDES MANSIONES Y PALACIOS DE INGLATERRA

Lujo, historia y excentricidad rodeaban la vida privada de los aristócratas ingleses en sus grandes mansiones y palacios hasta mediados del siglo XX. Entonces llegó la necesidad y tuvieron que abrir sus puertas a un público deseoso de conocer su interior para descubrir su glorioso pasado.
Grandes Mansiones y Palacios de Inglaterra

GRANDES MANSIONES Y PALACIOS DE INGLATERRA

Cuando en 1949 Henry Frederick Thynne, Sexto Marqués de Bath, abrió la mansión familiar de Longleat al público, fue el primero de muchos aristócratas británicos que irían abriendo las puertas de sus casas. La razón: el dinero. O, más bien, la falta de él. Tras la Segunda Guerra Mundial se acabaron muchos de los privilegios de los terratenientes británicos, y el coste de la vida se disparó. Las tierras ya no daban los mismos beneficios de antes, la mano de obra era más cara y los propietarios de las grandes mansiones tuvieron que buscar ingresos alternativos para poder mantener el costoso estilo de vida y el mantenimiento de sus propiedades familiares. 
Longleat House
Pero lo que los aristócratas perdieron en independencia, las clases bajas lo ganaron en fascinación: por primera vez podían acceder a un mundo vedado para ellos y pasearse por los cuidados jardines y elegantes salones de los palacios y mansiones que sólo habían podido ver en algunas revistas de moda y estilo. La apertura de puertas de Longleat fue un éxito rotundo. La gente empezó a desplazarse a Wiltshire para visitar la mansión y sentirse aristócratas por unas horas, regocijándose en el lujo interior para salir de la sencillez de posguerra de sus hogares. Al Marqués de Bath las cosas le fueron tan bien que decidió construir otra atracción aún más atractiva y en 1966 abrió en sus jardines Longleat Park, que se convirtió en el primer Parque Safari fuera de África del mundo y que, con sus más de 500 animales, es todavía hoy en día el que da los grandes beneficios con los que se puede mantener la mansión ancestral del siglo XVI.
Otra de las grandes mansiones británicas que abrió sus puertas para poder sobrevivir fue Chatsworth House, la residencia del Duque de Devonshire. Los antepasados del Duque actual ya tuvieron que vender parte de su patrimonio (especialmente 25 incunables del taller de William Caxton, el primer impresor en Inglaterra), y finalmente tuvieron que abrir las puertas de su casa a los visitantes. Aun así, ni los beneficios de las entradas o de las 62 granjas repartidas entre sus terrenos son suficientes para mantener las más de 300 habitaciones de la mansión, sus jardines y los tres pueblos que pertenecen a la finca de las últimas dieciséis generaciones de la familia Cavendish. Es por ello que cada año se realizan también hasta dieciséis eventos paralelos, como saltos de caballos o un festival floral, que dejan una buena suma de ingresos. Los cottages que servían de residencia para los trabajadores de las granjas también fueron adaptados como alquiler rural para turistas y en los jardines y establos se realizan unas cuarenta bodas al año, algunas de ellas ambientadas según la novela de Jane Austen Orgullo y Prejuicio, cuya adaptación de 2005 usó Chatsworth House como Pemberley, la residencia de Mr. Darcy.
Chatsworth

Unas mansiones de cine

El cine y la televisión han aprovechado muchas de las grandes mansiones señoriales de Gran Bretaña para filmar en sus exteriores o interiores, y esta se ha convertido en una de las bases de subsistencia para algunas de ellas, ya que no sólo pagan un alquiler de uso sino que generan interés entre el público que las quiere visitar después de haberlas visto en la televisión o el cine.
Una de las casas señoriales inglesas que está más famosamente vinculada a una serie de televisión es Castle Howard, cerca de York, que sirvió como Brideshead en la serie de TV protagonizada por Jeremy Irons, Brideshead Revisited. También sirvió de escenario para el Barry Lindon de Stanley Kubrick o Lady L con Sophia Loren, así que el cine y la mansión están íntimamente ligados con la casa. Y no es de extrañar, porque Castle Howard ha sido nombrada como una de las mansiones históricas más elegantes de Gran Bretaña y, por lo tanto, de las más fotogénicas. Horace Walpole, anticuario inglés que la visitó en 1772 escribió de ella que “nadie me había informado que de una sola mirada vería un palacio, un pueblo, una ciudad fortificada, templos en colinas, bosques druídicos, el más noble césped vallado por medio horizonte y un mausoleo que tienta a ser enterrado vivo: en breve, he visto gigantescos palacios antes, pero ninguno tan sublime”.
Castle Howard
Castle Howard continúa siendo hoy en día la residencia de la familia Howard, Condes de Carlisle, que ven en el turismo la principal fuente de ingresos para el mantenimiento de la finca. No se puede visitar toda la casa, ya que varias de sus 145 habitaciones fueron afectadas por un fuego en 1940. Desde entonces, se reparó la cúpula central, pero hay un ala de la casa de la que sólo queda la parte exterior. Afortunadamente, poco a poco las visitas (más de 200.000 al año) y sobretodo el cine y la televisión están ayudando a restaurar la mansión a su esplendor original: en 1981, Granada Television transformó todo el Garden Hall para una escena con Jeremy Irons para la serie de Brideshead Revisited, y cuando en 2008 Miramax filmó la versión de cine en la misma mansión, los productores arreglaron el High Saloon para rodar un par de escenas.
Varios fans de la serie de TV y la película se cuentan entre los visitantes de Castle Howard, pero no es necesario haberlas visto para que un paseo por las suntuosas habitaciones o el elegante jardín dejen en uno una impresión de fascinación por un mundo de lujo de la aristocracia británica que parecía llegar a su fin pero que aún se mantiene, aunque tambaleante, gracias al público.

Viviendo en un palacio

Las obras de Castle Howard empezaron en 1699, según los planos del arquitecto John Vanbrugh en estilo de barroco inglés. Con la experiencia ganada en Castle Howard, Vanbrugh empezaría a construir, en 1705, su obra maestra, designada Patrimonio de la Humanidad en 1987: Blenheim Palace, en Oxfordshire.
Construido para John Churchill, Primer Duque de Marlborough, Blenheim Palace y sus terrenos fueron un regalo de la reina Ana para agradecer los triunfos militares del Duque, que había vencido a los franceses y bávaros en la Batalla de Blenheim, dentro de la Guerra de Sucesión Española.
Blenheim Palace
Con sus 187 habitaciones, el Palacio de Blenheim es una de las residencias privadas más grandes del mundo, y la única en Inglaterra que lleva el título de Palacio a parte de los Reales y Episcopales. Sus extensos jardines fueron remodelados por Capability Brown en 1763, dotándolos de un efecto sorpresa cuando el visitante se acerca al palacio y descubre, más allá del puente sobre el lago, la magnífica silueta del edificio recortado en el cielo.
Los inquilinos de Blenheim Palace también fueron destacados miembros de la sociedad desde sus inicios. La esposa del Primer Duque, Sarah Jennings, fue íntima amiga de la reina Ana. Y sus descendientes ocuparon muchos de ellos las páginas de rumores de los periódicos, especialmente cuando Consuelo Vanderbilt, una rica heredera del ferrocarril americano, fue obligada por su madre a casarse con Charles Spencer-Churchill, Noveno Duque de Marlborough. El matrimonio, aunque dio dos hijos (uno de los cuales fue el Décimo Duque), fue anulado de mutuo acuerdo años después. Fue un ejemplo más de la unión de intereses entre los títulos del Viejo Mundo y el dinero del Nuevo Mundo, que permitió a algunas de las familias aristocráticas casi arruinadas mantener sus propiedades. Ya lo había iniciado años antes Consuelo Yznaga (una rica heredera de una plantación cubana, y madrina de Consuelo Vanderbilt), casándose con el Octavo Duque de Manchester, cuya unión Edith Wharton, conocedora de la familia, describiría en su novela inacabada Los bucaneros.

Otro de los personajes ineludiblemente ligados a Blenheim Palace es Winston Churchill, el primer ministro británico, que nació en el palacio familiar en 1874, y cuyo abuelo fue el Séptimo Duque. Una de las habitaciones del palacio todavía guarda algunos objetos personales de Churchill. A través de varios tours el visitante profundiza en el conocimiento de la historia familiar de los Duques de Marlborough y sus familiares, pero también de la vida diaria no solo de la familia aristócrata, sino también de los sirvientes. 
Y, como en todas las otras mansiones de Inglaterra, uno se pregunta cuál era la vida más interesante: si la de arriba en los grandes salones, o la de abajo, en las cocinas y caballerizas...

Puedes escuchar las recomendaciones para visitar algunas Mansiones de Inglaterra que dimos en el programa que le dedicamos en La Buena Tarde de Radio Asturias:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...