Cracovia,
la antigua capital de Polonia, tiene multitud de atracciones que la convierten
en una de las ciudades más interesantes del norte de Europa. Para que no te
pierdas nada de lo más interesante en tu próxima visita aquí te explicamos
QUÉ VER EN CRACOVIA
1) Colina de Wawel
Cracovia
nació en el siglo VII en la actual colina
de Wawel, que domina la ciudad. Una leyenda dice que fue fundada por el mítico guerrero Krak sobre la cueva
donde vivía un dragón. La cueva (Smocza Jama) todavía es hoy una visita obligada
dentro de los tours que se realizan por el casco histórico de la ciudad pero,
como todas las leyendas, su fundamento es improbable.
Desde
lo alto de la colina de Wawel se observa el río Vístula, con la gran extensión
de la ciudad moderna a lado y lado del río, pero lo interesante de la colina no
son las vistas sino los edificios que en ella se encuentran, en especial el
Castillo Real y la Catedral.
El Castillo Real está compuesto por varios
edificios, torres, anexos y protecciones, aunque el original empezó a construirlo Casimiro III el Grande
en el siglo XIV. Desde entonces la colina en la que se asienta se ha visto
modificada por todos los reyes y gobiernos que le han sucedido. Durante siglos fue la residencia de los reyes
de Polonia y actualmente a parte de ser un museo histórico lo es también
artístico, cuya pieza más famosa es La
Dama del Armiño de Leonardo Da Vinci.
La Catedral de Wawel es más antigua, ya
que se encuentra además encima de otra construcción anterior. Cracovia se
constituyó como obispado en el año 1000 aproximadamente, y poco después ya se
había construido aquí una iglesia. La catedral actual, sin embargo, es del siglo
XIV, de estilo gótico y llena completamente de capillas funerarias donde están
enterrados varios reyes y obispos. Es muy curiosa la entrada, barroca, de la
que cuelga un hueso de ballena
encontrado en las proximidades.
2) Stare Miasto (Ciudad Medieval)
Cuando
se decidió destruir las murallas de la ciudad vieja de Cracovia (Stare Miasto),
se hizo convirtiendo el espacio que ocupaban las murallas en un espacio verde
que envuelve a la ciudad vieja en un gran anillo. Esto permite hacerse muy
buena idea de como eran las dimensiones de la ciudad medieval que creció al pie
de la Colina de Wawel: es una ciudad pequeña, en la que se puede pasear
tranquilamente y en la que encontraremos algunos elementos destacados.
El Centro Histórico de Cracovia está
inscrito (junto a la colina de Wawel) en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Puerta de San Florián: para muchos es
la entrada por la que acceden a la ciudad vieja de Cracovia. Formaba parte de
la antigua muralla (desde el siglo XIV) (justo después de la barbacana) y tiene
la figura de San Florián (patrón de los bomberos) en su cara interior.
Plaza del Mercado (Rynek Glówny): es la plaza medieval más grande de
Europa, con una extensión de 40.000 metros cuadrados. De hecho, es tan grande
que en su interior se acomodan magníficamente el mercado Sukiennice (un edificio renacentista de 1555) que era el puesto de
compra cubierto, la Torre del
Ayuntamiento de Cracovia (del siglo XIII) y la Iglesia de San Adalberto (del siglo XI y muy pequeña). Alrededor de
la plaza, las casas conservan el encanto de las construcciones medievales. Aquí
también se encuentra la estatua en honor de Adam Mickiewicz, poeta y patriota
polaco del siglo XIX.
Basílica de Santa María: con dos torres casi gemelas que se levantan delante de la Plaza del
Mercado, la Basílica de Santa María, construida con ladrillos, es
inconfundible. La completó Casimiro III el Grande en 1365. En su interior se
conserva el magnífico Altar de la
Dormición, un retablo de Veit Stoss, el más grande de Europa (de 12 metros
de longitud por 11 de altura) tallado enteramente en madera entre 1477 y 1489
en un precioso estilo detallista.
A cada
hora hay que mirar en lo más alto de una de las torres de la Basílica para ver
al trompetista del Hejnał mariacki.
Desde hace setecientos años varios trompetistas se van turnando para marcar
cada hora desde la torre. Tocan una corta melodía cuatro veces, una desde cada
una de las ventanas que dan a los cuatro puntos cardinales. Se dice que el sonido
de la trompeta era una señal para indicar que debían cerrarse las puertas.
Durante una invasión tártara (ver el post sobre los Tártaros de Polonia) uno de los vigías tocó la trompeta
para impedir el acceso a la ciudad de los enemigos, pero estos le lanzaron una
flecha que se le clavó en el cuello antes de que pudiera terminar la melodía.
Por ello cada vez que se toca la trompeta se termina abruptamente su canción.
Universidad Jaguelónica: otro de los grandes atractivos de
Cracovia es la Universidad Jaguelónica, una de las universidades más antiguas
del mundo. Fundada en 1364 por Casimiro III el Grande. Aquí estudiaron Nicolás Copérnico, Juan Pablo II y el antropólogo BronisławMalinowski. Se puede visitar varias de las salas, el comedor, el salón y la
Sala de Reuniones. En el dintel de una de las puertas que le da acceso se puede
leer el motto de la Universidad: “Plus Ratio Quam Vis” (Razón antes que
fuerza). La sala de instrumentos científicos es de las mejores del mundo, con
instrumentos de todo tipo, algunos de ellos que pertenecieron a personas
influyentes, como el sextante que
perteneció a Napoleón Bonaparte.
4) Kazimierz (barrio judío)
Al
otro lado del río Vístula se encontraba la ciudad de Kazimierz, antes un
municipio independiente pero ahora uno de los barrios de Cracovia. Aquí
floreció una gran comunidad judía, cosa visible con las varias sinagogas que todavía existen. Durante
la invasión nazi aquí se construyó el gueto de Cracovia y hay varios monumentos
y placas que recuerdan ese trágico episodio de la historia de la ciudad.
5) Fábrica de Oskar Schindler
El
Museo de Cracovia ha utilizado parte de lo que queda de la fábrica de Oskar
Schindler para instalar aquí su Museo de la Ocupación Nazi de Cracovia, en la
que explica, con todos los pormenores, detalles de las atrocidades perpetradas
por los nazis contra la población polaca y judía de la ciudad. También se
muestra una sala con algunos objetos personales de Oskar Schindler, el
industrial pro-nazi que sin embargo salvó a centenares de judíos de morir en
los campos de concentración. Se puede ver su escritorio y un enorme mapa de
Europa donde podía ir viendo el avance de las tropas durante la guerra.
Totalmente recomendable.
Cracovia es mucho más que esto, pero… dejaré que lo descubras.
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