Acabo de terminar la lectura de “Héroes, aventureros y cobardes” (RBA, 2013), de Jacinto Antón, y es como si hubiera estado dando la vuelta al mundo. No es un libro propiamente de viajes, pero en sus páginas seguimos al autor, a través de los varios artículos que ha estado escribiendo para la sección cultural de El País durante más de veinte años, por regiones tan lejanas como las islas del mar de Java, las colinas verdes de Zululandia o las desérticas extensiones del desierto de Gobi. El libro recopila varios artículos siguiendo a su exitoso precedente, “Pilotos, caimanes y otras aventuras extraordinarias” (RBA, 2009), y se centra ahora en temática heroica (y su contrapunto), en el azar y en la aventura, a lo largo de la historia. Entrevistándose con científicos, historiadores o periodistas y escritores, Jacinto Antón logra sumergir al lector en el conocimiento de varias disciplinas científicas, hechos históricos, anécdotas militares y hasta curiosidades del mundo animal.
A lo largo de las 476 páginas del libro (que se hacen cortas), visitamos los tesoros hundidos de Alejandría con Franck Goddio, viajamos al Egipto faraónico con Zahi Hawass, nos adentramos en la biografía de Alejandro Magno con Robin Lane Fox, nos vamos de campaña con los legionarios romanos de Simon Scarrow, perseguimos leones devoradores de hombres en Tsavo con el coronel Patterson, seguimos los exploradores polares y los científicos embarcados del siglo XVII y XIX, nos enfrentamos a nazis en la Creta de Patrick Leigh Fermor o viajamos por todo el mundo con Norman Lewis o Jan Morris (“decana y maestra indiscutible del género reverenciada por Chatwin, Thubron o Theroux”).
A lo largo de las 476 páginas del libro (que se hacen cortas), visitamos los tesoros hundidos de Alejandría con Franck Goddio, viajamos al Egipto faraónico con Zahi Hawass, nos adentramos en la biografía de Alejandro Magno con Robin Lane Fox, nos vamos de campaña con los legionarios romanos de Simon Scarrow, perseguimos leones devoradores de hombres en Tsavo con el coronel Patterson, seguimos los exploradores polares y los científicos embarcados del siglo XVII y XIX, nos enfrentamos a nazis en la Creta de Patrick Leigh Fermor o viajamos por todo el mundo con Norman Lewis o Jan Morris (“decana y maestra indiscutible del género reverenciada por Chatwin, Thubron o Theroux”).
El autor Jacinto Antón con gorra de aviador. |
Las páginas se pasan volando como a bordo de uno de los aviones pilotados por Chuck Yeager o como los ases de la aviación Johannes Steinhoff o Richard Hillary.
Algunas aventuras siguen las huellas de varios animales, desde letales tigres devoradores de hombres en India, hasta huesos de pterodáctilo excavados por David Unwin. Seguimos al matrimonio Joubert para filmar los últimos leones de África o se nos eriza el pelo al hablar de picaduras de serpiente.
Amenos y con una finísima ironía, tras los textos de Jacinto Antón se vislumbran largas horas de lectura y una escritura perfeccionista hasta la última palabra que hacen de su lectura una delicia devoradora de páginas, en muy gran parte por su contagioso entusiasmo por el descubrimiento de coincidencias, detalles o anécdotas.
Artículo a artículo, además de conocer mejor la historia y los personajes heroicos (y no tan heroicos) de nuestro mundo, también descubrimos, ejemplo a ejemplo, el gran leit motiv del autor: “Hay que ver qué interesante es el mundo, ¡y qué extraordinario!”.
Una lectura totalmente recomendable para descubrir el mundo.
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