21 sept 2018

OVALAU Y LEVUKA, la otra cara de FIJI

Cuando escuchamos hablar de Fiji la primera imagen mental que se nos forma en la cabeza suele ser la de una larga playa de arena blanca, bañada por un mar de un azul intenso y bordeada de palmeras cocoteras cuyas hojas ondean en la suave brisa. Si hemos leído un poco o visto algún documental, quizá imaginemos también la presencia de algunos indígenas, ataviados con faldas vegetales, collares de colmillos de cerdo salvaje y mejillas pintadas con círculos negros. Y Fiji es probablemente esto… y más.
Los descubro en Ovalau, una pequeña isla al este de Viti Levu, la isla principal.

OVALAU Y LEVUKA, LA OTRA CARA DE FIJI 

Volar hacia Ovalau

Desde el aeropuerto de Nausori, cerca de la capital Suva, un pequeño avión me lleva por encima de un mar salpicado de arrecifes de coral hasta la pista de Bureta, un pequeño trozo de selva recortada para poder aterrizar en la pequeña isla de Ovalau. A pesar de quedar a solo quince minutos en avión de la capital, aterrizo en un mundo completamente distinto.
La isla de Ovalau, en el grupo de Lomaiviti, cuenta con solo un par de docenas de aldeas situadas a lo largo de la costa. Solo una de ellas se encuentra en el interior montañoso. Ese es mi objetivo, Lovoni.

Visitar Levuka

Pero antes de adentrarme en la selva montañosa del interior de Ovalau, un taxi me lleva hasta Levuka, ciudad histórica y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Levuka fue la capital de Fiji hasta 1877, cuando la capitalidad del país pasó a Suva. Fundada en los años 1820, Levuka es la única ciudad del Pacífico que conserva casi íntegramente su carácter antiguo: la calle Beach, frente a la playa, sigue con el mismo aspecto de tiendas de madera con altos frontales que recuerdan a un pueblo del Far West. És por ello que se inscribió en la lista de la UNESCO en 2013, para proteger este patrimonio único.
Vista aérea de Levuka, Ovalau

Levuka fue el primer asentamiento europeo en Fiji por su buena situación, su puerto protegido y la facilidad de conexión con las otras islas. Balleneros, mercaderes, misioneros, especuladores de madera de sándalo o recolectores de bêche-de-mer (pepinos de mar) empezaron a llegar atraídos por las riquezas de las islas o las ganas de convertir a sus isleños.  
Casi todos esos oficios han desaparecido, pero han quedado las casas, iglesias y almacenes que construyeron y que convierten a la ciudad en un interesante lugar para descubrir todas esas historias. Lo hago junto a Knox, uno de los guías de la asociación de turismo local:
  • Cession grounds: A la entrada de la ciudad hay una pequeña zona ajardinada con una valla blanca de madera que rodea una plaza con hierba, palmeras y un alto mástil en el que ondea la bandera de Fiji. Aquí, en 1874, el rey Cakobau de Bau firmó la cesión de las islas al gobierno británico en nombre de la reina Victoria. La razón, tenía unas deudas a pagar al cónsul americano… En 1970 fue aquí mismo donde se firmó la independencia de Fiji y la nueva bandera sustituyó a la Union Jack. La casa del gobernador está muy cerca.
Cession Grounds, Levuka, Ovalau

  • Fábrica de latas de pescado: viniendo del aeropuerto, antes de entrar a Levuka, el aire huele a pescado… podrido. Es el “olor del dinero” dicen. La culpa la tiene la inmensa fábrica de conservas de la Pacific Fishing Company Ltd (PAFCO). En ella trabajan más de 800 personas y es la mayor industria de la isla, donde se procesa el pescado del Mar de Koro cercano.
  • Los primeros: siendo la primera ciudad en Fiji pero también de las primeras en el Pacífico sur, Levuka cuenta con algunas de las primeras instituciones del ámbito regional: el primer banco, la primera oficina postal, la primera escuela, el primer hospital, el primer ayuntamiento, el primer gobierno municipal, el primer club privado,… Incluso el primer periódico diario, TheFiji Times, que sigue funcionando (ahora ubicado en Suva) desde 1869.
  • Royal Hotel: Este gran hotel, consistente en un edificio principal y varios bungalows anexos, data de 1860 y es el más antiguo en el Pacífico Sur.
  • Templo masón: los masones también llegaron a Levuka en 1871 y establecieron la Logia Polynesia 562 SC, la más antigua del Pacífico Sur. Para reunirse, construyeron en 1913 un templo masónico al lado del ayuntamiento, pero un incendio lo dejó medio en ruinas en el año 2000, cuando cerca de trescientas personas lo quemaron aprovechando el levantamiento militar.
  • Iglesia del Sagrado Corazón de Levuka: esta iglesia católica situada frente al mar, es la mayor de la ciudad, y su alto campanario de 24 metros sirve como faro para los barcos que se acercan al puerto. Hace un par de años se desmontó el reloj para restaurarlo pero desafortunadamente ya no volvió a funcionar. ¿Sería un signo de que el tiempo se ha detenido en Levuka? La iglesia fue construida en 1858 por los padres maristas llegados a la misión.
  • Levuka Museum: ocupando los antiguos almacenes de MORRIS HEDSTROM LTD, un largo edificio de madera de 1868 en el que se respira un aire de historia, se encuentra el Museo de Levuka, compartido con la biblioteca municipal. En unas cuantas vitrinas se resume toda la historia de la ciudad a través de sus objetos, desde modelos de druas (canoas) en las que llegaron a la isla los primeros pobladores hasta una de las imprentas del primer periódico de Fiji (The Fiji Times) pasando por algunas mazas de madera con las que los guerreros Lovoni atacaron a la gente de la ciudad.

Visitando la selva de Lovoni

Contrastando con las ordenadas callejuelas de Levuka, el interior montañoso de Ovalau está dominado por una selva tropical espesa que guarda en su interior un tesoro: en la caldera de un antiguo volcán extinto se encuentra la población de Lovoni, célebre por su feroz pueblo que supo conservar hasta la actualidad sus más ancestrales tradiciones. La mejor forma de visitar el pueblo es hacerlo en uno de los trekkings naturales que organiza Epi, uno de sus habitantes con enormes conocimientos botánicos tradicionales.
Epi con una de sus plantas, Lovoni, Ovalau

A lo largo de cinco horas de duro trekking por un estrecho camino entre los densos bosques Epi va explicando con detalle el uso de varias plantas: esta para el dolor de cabeza, esta otra para el dolor de muelas. Esta sirve para parar la diarrea; mientras que esta otra tiene un fruto que la desata… Las horas pasan volando, pero entre parada y parada vale la pena mirar alrededor: poco a poco el camino sube por la ladera de la montaña y empiezan a asomar las grandes vistas. Una selva que baja hacia el mar como una alfombra de algodón verdoso y se hunde en las aguas turquesas del mar océano Pacífico.
Selva de Lovoni, Ovalau
Llegando a Lovoni, Ovalau

El cansancio acumulado pasa rápidamente al llegar a la pequeña población de Lovoni. Su nombre viene de lovo, que es el horno tradicional fijiano. Se trata de una depresión excavada en el suelo donde se cocinan con piedras calientes varios alimentos envueltos en hojas. El trekking con Epi termina en casa de su cuñado, que ha preparado un delicioso lovo de pescado, taro, yuca, hojas de taro e incluso gambas de río.
Preparando el lovo, Lovoni, Ovalau
Mientras como voy pasando con ansia los platos para llenar rápidamente el estómago de mis compañeros fijianos. Dicen que aquí en Lovoni había caníbales hasta no hace muchos años…

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