Si a alguien cercano le preguntas donde se encuentra Eslovenia, posiblemente les suene que está por ahí en el Este de Europa. Para situarlo exactamente en un mapa ya será un poco más difícil. Pero si le preguntas que te diga cuál es la capital del país, posiblemente nunca acierte a decir que es Ljubljana. Seguramente porque es un nombre difícil de recordar y aún más de pronunciar.
Quizá eso haya sido lo que ha dejado un poco de lado a la
pequeña capital de Eslovenia dentro del circuito de ciudades europeas. Y ya va
siendo hora de reivindicar su posición como una de las capitales europeas más
interesantes.
Aquí te contamos por
qué visitarla y
QUE VER EN LJUBLJANA
Lo mejor de Ljubljana es que, a pesar de ser la capital de
un país, es una ciudad pequeña, que puede recorrerse perfectamente a pie, la
mejor manera de recorrer sus callejuelas llenas de historia. Y para historia,
Ljubljana cuenta con mucha. Nació en el siglo I a.C. como un campamento
militar romano que dominaba la colonia de Emona y sufrió varias vicisitudes y
cambios de propiedad entre eslovenos, francos, austríacos, franceses, italianos
y yugoslavos. Finalmente, en 1991, pudo independizarse y desde entonces la
ciudad de Ljubljana está tratando de mantener su historia pero llevándola al
futuro.
Castillo de Ljubljana
Situado en la cima de la Colina del Castillo, el Castillo de Ljubljana es de origen
medieval, y desde sus torres se divisa
todo el valle del río Ljubljanica que atraviesa la ciudad. Desde sus
inicios el Castillo fue testigo de la evolución de la ciudad. En la Edad Media
pasó por herencia a los Habsburgo en 1335, que pasaron a controlar la ciudad.
El Emperador Federico III lo expandió poco después, en la época barroca se
redecoró en el siglo XIX funcionó como cuartel militar y prisión provincial.
La última construcción es una torre de 1848 que se hizo para
poder advertir de incendios o de visitas importantes con el pequeño cañón
instalado en su habitación. Desde 1905
el castillo pertenece al municipio y es utilizado con finalidades
culturales. Sigue siendo el mejor lugar para ver toda la ciudad y es sin duda
una de las mayores atracciones turísticas de Ljubljana. Un pequeño funicular
permite superar los metros de desnivel sin cansarse.
Restos romanos de Ljubljana
La vieja Emona
romana todavía se distingue bajo las calles de Ljubljana en algunos rincones
que se han abierto a propósito para dejarlos a la vista. Se pueden ver restos del foro romano (el centro de la antigua
ciudad), la puerta norte de la ciudad, una necrópolis, varias viejas viviendas, parte de la muralla
y un primitivo templo cristiano del siglo IV.
Catedral de San Nicolás de Ljubljana
La antigua iglesia románica, remodelada con obras góticas
fue sustituida por el actual edificio barroco de la Catedral de San Nicolás, con dos torres y una cúpula que se
distinguen desde lejos en cualquier parte de la ciudad.
Iglesia Franciscana de la Anunciación de Ljubljana
Con su fachada barroca pintada de blanco y rosa, la Iglesia de la Anunciación es una de
las más visitadas de Ljubljana. Fue construida por los franciscanos en 1669. La
iglesia se encuentra delante de la la plaza Prešeren. y es
uno de los sitios de encuentro para los jóvenes de la ciudad además de una
plaza donde se hacen varios conciertos al año.
Puente de los Dragones
El dragón es el símbolo de la ciudad de Ljubljana con origen
en una leyenda. Jasón y los argonautas, buscando el vellocino de oro pasaron
por la región, entonces una marisma, y se encontraron con un enorme dragón al
que dieron muerte. Desde entonces el Dragón de Ljubljana figura en el escudo de
la ciudad y en muchos elementos decorativos. En el llamado Puente de los Dragones decora las pilastras a la entrada y salida
del puente. Fue construido en 1901, como homenaje de los 50 años de reinado de
Francisco José I de Austria, y se utilizó hormigón armado para su construcción,
una novedad técnica. Actualmente está considerado como uno de los mejores ejemplares de un puente de arquitectura Art Nouveau
del mundo.
Puente triple
Atravesando el río Ljubljanica frente a la iglesia de la
Anunciación se encuentra el Puente
Triple, un conjunto de tres puentes paralelos (uno para carros y dos para
peatones a lado y lado) que se han convertido en una de las principales
atracciones turísticas de la ciudad. El puente original era de 1842, pero en
1932 se le añadieron los dos puentes extra al lado para poder circular a pie y
evitar los atascos que solían darse en uno de los puentes más concurridos de la
ciudad.
El diseñador del nuevo puente fue el famoso arquitecto esloveno Jože Plečnik, el modernizador de la
ciudad. Él también se encargó de rediseñar el paseo junto al río y la
Biblioteca Nacional y Universitaria de Eslovenia. Hay quien dice que el impacto
de Jože Plečnik en Ljubljana es parecido al que tuvo Antoni Gaudí en Barcelona.
Ljubljana tiene mucho para ver. Sus mercados, edificios,
paseos, río, museos,… pero también Ljubljana tiene mucho para vivir, con una
lista de festivales anuales que se dan cita en la ciudad. Uno de los más
conocidos es el Festival de Verano de Ljubljana, que se celebra entre julio y
agosto y en el que la música (desde la ópera al jazz), el ballet y el teatro
llenan escenarios y calles de la ciudad.
Seguro que si la acabas visitando, a ti nunca se te va a
olvidar cómo se llama la capital de
Eslovenia. ¡Ljubljana, claro!
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