Londres,
capital del Reino Unido y del antiguo Imperio
Británico es una enorme metrópolis con infinidad de atracciones, tanto de
grandes monumentos y museos como de palacios, mansiones y parques. Lo que
intentaremos en este post es apuntar algunas
atracciones un poco menos famosas que las habituales, para descubrir, en un
fin de semana, un
LONDRES MENOS CONOCIDO
El monumento a Peter Pan
Sir James Matthew Barrie, el novelista que inventó el
personaje de Peter Pan, era de origen escocés, pero se trasladó a vivir a
Londres en su juventud y la ciudad le inspiró sus mejores obras. Entre ellas la
novela The Little White Bird (1902),
en la que aparece por primera vez el nombre de Peter Pan como un bebé con
poderes mágicos. Le siguió una obra de teatro, Peter Pan, The Boy Who Wouldn’t Grow Up, que resultó ser un éxito
en 1904 y que daría pie en 1911 a la novela Peter
and Wendy.
Del primer libro de Barrie, The Little White Bird, el autor hizo una selección de textos y lo
tituló Peter Pan in Kensington Gardens,
ya que en él se explica la historia de un bebé de siete días que todavía tiene
alas y se escapa volando a esconderse en el parque para no crecer. Allí vive
entre las hadas del bosque, navega por las aguas del lago Serpentine y se
encuentra con una niña perdida de la que se hace amigo.
Fue el propio Barrie quien pagó la estatua de Peter Pan
que se levanta junto al lago Serpentine en Kensington Gardens. La esculpió George Frampton y se levantó en una
sola noche el 30 de Abril de 1912 para dar una sorpresa a los niños de Londres.
En total se fundieron otras seis estatuas, repartidas entre Bélgica, Canadá,
Estados Unidos, Australia e Inglaterra, pero el personaje es tan conocido que hay
otras diez estatuas de Peter Pan repartidas por el mundo.
Exploradores en la Royal Geographical Society
Que el Imperio Británico creó algunos de los exploradores
más ilustres de los siglos XVIII al XIX queda patente con la gran cantidad de
estatuas, efigies y monumentos repartidos por Londres en su honor. Un par de
ellos ocupan la fachada del edificio que resume la exploración del mundo
durante esa época y que todavía representa una de las grandes instituciones
mundiales en el descubrimiento de nuestro planeta. Se trata de la Royal Geographical
Society, que ocupa un gran edificio de ladrillos en Kensington
Road. En la fachada hay que fijarse en las estatuas que nos saludan desde media
pared: a un lado David Livingstone,
el explorador de África, y a otro costado, Ernest
Shackleton, el aventurero polar. Se puede entrar en el área de visitantes
para disfrutar algo de ese sentimiento de descubrimiento que tuvieron esos
primeros exploradores e incluso dar un vistazo a la biblioteca Foyle, con
algunos volúmenes y mapas antiguos de las primeras expediciones.
Cápsulas y cohetes en el Science Museum (Museo de la Ciencia)
El Museo de la
Ciencia (Science Museum) es
uno de esos fascinantes museos que solo una ciudad como Londres podía tener y que, además,
es gratuito. Con exhibiciones permanentes que detallan la evolución de la
ciencia y la técnica y otras exposiciones temporales que se adentran en alguno
de los aspectos científicos, el Museo de la Ciencia de Londres es un mundo para
perderse. Se podrían pasar fácilmente un par de días enteros y no verlo todo. Entre
los coches, aviones, máquinas de vapor y demás artilugios fruto del ingenio del
hombre, si hay que destacar algún objeto yo me decantaría por el único que ha
estado en el espacio. Se trata de la cápsula
espacial y módulo de comando del Apollo 10, que voló alrededor de la Luna
en mayo de 1969, dos meses antes que la siguiente misión, Apollo 11, aterrizara
en la Luna. La cápsula espacial formaba parte de una exposición itinerante de
la Smithsonian Institution que dio la vuelta al mundo en 1976 y desde entonces
se quedó en el Science Museum. Dicen que tal vez los americanos se hayan
olvidado de ella, pero lo cierto es que es uno de los objetos más venerados del
museo ya que se puede ver en todo detalle el deterioro de la protección térmica
de su base al entrar en incandescencia al llegar a la atmosfera terrestre.
El dodo y otros animales en el Natural History Museum
Junto al Science Museum se alza un museo aún más grande:
el Natural
History Musem (Museo de
Historia Natural), un enorme edificio construido exprofeso para albergar
una de las colecciones más importantes de la Historia Natural del mundo. Las
varias expediciones a los confines del Imperio Británico trajeron muchos
especímenes raros, fósiles y plantas que solo se encuentran en este museo.
Sorprende el tamaño de las salas expositivas y
especialmente el del Gran Hall de entrada, del techo acristalado del cual
cuelga el esqueleto de una ballena azul, el animal más grande que haya existido
nunca en la tierra. La sección de dinosaurios encantará a los más pequeños y a
los mayores. Los insectos sorprenderán a todos los visitantes, y la sección
geológica dará mucho de qué hablar con la belleza de los minerales. Pero una de
las grandes atracciones del museo se encuentra en una de las vitrinas de la
sección de aves: se trata de una de las pocas representaciones de un dodo (Raphus
cucullatus), una gran ave incapaz de volar endémico de la isla Mauricio
que se extinguió en 1662 a causa de la caza intensiva. Quedan muy pocos restos,
distribuidos por distintos museos del mundo, y en el Museo de Historia Natural
se conserva no solo un esqueleto fosilizado sino también una representación con
plumas (de paloma) de como era de verdad un dodo, algo incluso más fascinante
que contemplar el esqueleto de un dinosaurio.
El Tigre de Tippu en el Victoria & Albert Museum
Frente al Museo de la Ciencia y el Museo de Historia
Natural se alza el Victoria & Albert Museum, quizá el principal museo mundial
sobre arte y diseño. Las horas de un día, o dos o tres no son suficientes para
verlo todo, pero sí recomendamos entrar aunque sea para ver uno de esos objetos
curiosos y con muchas historia. En la sección de arte indio se encuentra, en
una vitrina con reliquias militares, una escultura de madera de un tigre atacando
a un soldado británico. Perteneció al Sultán Tipu, maharahá de Mysore en el sur
de India de 1782 a 1799 y enfrentado a los británicos. Este lo vencieron en la batalla
de Srirangapatna, y al revisar sus pertenencias encontraron esta escultura que
entraña un secreto: en su interior está escondido un órgano, con teclado y
manivela para manchar. El sonido que produce es musical, pero de tanto en tanto
la mano del soldado inglés se levanta y se escucha lo que parecen ser aullidos
de dolor…
El sarcófago de Seti I en el sir John Soane’s Museum
De todos los museos de Londres hay uno que posiblemente
sea el más singular de ellos, el Sir John Soane’s Museum. Se trata de tres
casas unidas por el propietario que las convirtió en un museo particular donde
albergar su colección de arte. ¡Y vaya colección! En el sótano, semi iluminado
por aperturas de luz en el techo, se encuentra quizá el objeto más fascinante
de la colección, el sarcófago del faraón Seti I (el padre de Ramsés II) que el
arqueólogo y aventurero Giovanni Belzoni encontró en la tumba que descubrió en
el Valle de los Reyes. En el primer piso se exhibe una colección de arte casi igual
de fascinante: en una pequeña sala forrada de marcos pinturas hay tres grandes
cuadros de la Venecia de Canaletto. Unas bisagras permiten mover las paredes
para mostrar que, en su parte trasera tienen todavía más pinturas. Y de hecho
detrás de una de estas paredes se encuentra uno de los conjuntos más
importantes del museo, la serie original de A
Rake’s Progress, de William Hogarth, una de las pinturas satíricas más famosas
de la historia del arte británico.
El retrato de Freud por Salvador Dalí
Cuando Sigmund Freud tuvo que exiliarse de Viena a causa
de las presiones nazis en 1938, escogió Londres para establecerse. A pesar de
vivir solo un año en ella, la casa que ocupó con su familia en el número 20 de
la calle Maresfield Gardens de Londres es ahora un museo dedicado a su figura y
a la de su hija Ana, también piscoanalista, que siguió viviendo en ella hasta
1982. Es el Freud Museum de Londres.
El estudio de Freud se dejó tal y como él lo había
ocupado: se puede ver el diván, su silla
especialmente diseñada para él por Felix Augenfeld (a Freud le gustaba leer
poniendo una pierna por encima del reposabrazos) y toda la colección de libros
y las 2.000 figurillas arqueológicas que le fascinaban. Pero una de las obras
de arte menos conocidas de esta colección es un dibujo al carbón de Freud
realizado por un joven Salvador Dalí que le visitó en esta casa de Londres el
19 de julio de 1938. Freud le escudriñaba mientras Dalí hablaba sin parar en
una verborrea delirante. Al finalizar la entrevista, Freud solo pudo decir:
“Nunca había conocido a tan perfecto prototipo de español… ¡Qué fanático!”.
Temple Church y las tumbas templarias
Medio escondida entre patios y despachos ocupados por los
abogados que trabajan en los tribunales de justicia de Londres, la Temple Church (Iglesia del Templo) de la ciudad tiene sus orígenes en el siglo XII.
La estructura más antigua, un cilindro de dos pisos, fue la iglesia original
construida por la Orden de los
Templarios inspirada en la Cúpula de la Roca de Jerusalén. En tiempos de
Juan II fue incluso el lugar donde se guardaba el tesoro real, ya que los Templarios
actuaron durante un tiempo como los primeros banqueros internacionales de
Europa.
En medio de la iglesia se encuentran varias efigies de tumbas
de caballeros medievales (desafortunadamente muy dañadas por los bombardeos de
la Segunda Guerra Mundial), entre ellos los de William Marshal, quien consiguió que el rey Juan II firmara la Magna Carta que aseguraba la paz con
varios barones feudales.
Donwshire House, la casa del Titanic
El edificio donde se encuentra la Embajada de España en Londres, en el 20 de Belgrave Square, se
llama Downshire House y perteneció a
William James Pirrie, director de
las atarazanas Harland
and Wolff de Belfast, las mayores del mundo. En 1907 se reunieron
aquí Pirrie y Joseph Bruce Ismay,
director de la compañía naviera White
Star Line, y decidieron construir dos barcos gemelos que serían los
transatlánticos más lujosos y grandes de la Historia. Se llamarían Olympic y Titanic.
Así que ya los sabéis la próxima vez que viajéis a Londres, además de visitar el Big Ben,
la Catedral de Saint Paul o Piccadilly Circus, tenéis la alternativa de conocer
todo este Londres menos conocido…
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