Mucha
gente ha estado en Marruecos y no lo sabe. Especialmente si le gusta el cine. Y
es que hay una región que, al sur de Marruecos, se considera la Meca del
cine en África: centenares de películas europeas y americanas han
aprovechado sus exteriores salvajes, el sol siempre presente y los extras
baratos para reducir costes y mostrar exotismo. Incluso tiene un nombre propio:
Hollyoued, mezcla de Hollywood y Oued, un río seco.
La
nieve en las cumbres afiladas que se perfilan en el horizonte, el desierto
vacío y polvoroso alrededor y un pueblo bíblico, un templo egipcio o una
fortaleza medieval inexpugnable en el centro de la imagen. Este fotograma lo
hemos visto en decenas de películas, y todas ellas comparten una cosa: han sido
filmados en el mismo sitio, Marruecos al sur del Atlas. Es el
MARRUECOS DE CINE
AIT BEN HADDOU
Son
varias las poblaciones en las que se han filmado películas. Una de ellas se
lleva la palma como escenario de decenas de películas: Lawrence de Arabia,
La Joya del Nilo, Jesús de Nazaret, The Living Daylights, La
última tentación de Cristo, El cielo protector, La momia,…
han sido rodadas entre sus muros de adobe.
Ait
ben Haddou (o Ait ben Hadu) es en realidad un Ksar,
una ciudad fortificada al borde del río Ounila. Sus callejuelas
estrechas y tortuosas resiguen los muros de adobe de las casas y graneros que
remontan un pequeño monte desde el que se consiguen vistas espectaculares de
las estribaciones de los Atlas y de la llanura de Ouarzazat, donde empieza el
desierto. El carácter medieval de la ciudad, con sus bien conservadas casas
tradicionales es lo que le ha valido estar reconocida como Patrimonio de la
Humanidad por la UNESCO desde 1987.
En las
películas, no solo ha representado una ciudad marroquí o árabe, sino que
incluso ha pasado como ciudad tibetana (en Kundun) o de la época romana
(Gladiator). De la filmación de esta célebre película protagonizada por
Russell Crowe se cuenta una anécdota. Los productores montaron un pequeño circo
frente las murallas de la ciudad donde tiene lugar la primera lucha como
gladiador del protagonista. Para dar emoción a la escena, los extras marroquíes
tuvieron que aprenderse una palabra para irla gritando todo el rato
entusiasmados: ¡Hispano! ¡Hispano!, puesto que Crowe representaba a un
general romano nacido en Hispania. Pero en realidad, los marroquíes del pueblo,
acostumbrados a ver el futbol y la selección española, lo que gritaban era ¡España!,
¡España! un país que aún no existía en la época romana.
Las
películas que han pasado por la ciudad también han dejado algunos restos
construidos: para La Joya del Nilo se construyó una puerta de la muralla
que vuela en mil pedazos Michael Douglas con el mísil de un avión de caza. Todavía
queda la muralla semi derruida. Y tras unas palmeras, muy cerca, se encuentra
otro troz de muralla con una puerta de entrada construida para la película Lawrence
de Arabia.
Recientemente,
más películas se han rodado aquí, cada una dejando anécdotas, recuerdos o
incluso construcciones en la ciudad de Ait ben Haddou, como Alejandro Magno,
Sahara, El reino de los cielos, Babel, Prince of Persia
o en Juego de Tronos.
Seguro que cuando visites Ait ben Haddou dirás: “Yo esto ya lo había visto
antes”.
De Ait
ben Hadu se puede visitar toda la ciudad antigua, y perderse por sus calles, quedarse un momento
contemplando las vistas en las muchas terrazas que las rampas de subida crean
al dirigirse a la cima, traspasar la Kasbah viendo sus casas
fortificadas y subir hasta lo alto de la colina, donde una fortificación ocupa
su lugar más alto. Desde lo alto de Ait ben Haddou se contempla uno de los
panoramas más impresionantes de Marruecos.
OUARZAZATE
A treinta kilómetros de Ait ben Haddou se encuentra otra de las grandes razones para considerar la
región como el pequeño Hollywood de África. Es Ouarzazate, una
pequeña ciudad al borde del desierto que, sin embargo, cuenta con varios
estudios cinematográficos donde se han rodado algunas películas míticas.
En Studios Atlas se rodaron escenas de
El médico (con Ben Kingsley) y Ben-Hur (la nueva). Como la
mayoría de estudios, se puede visitar a horarios convenidos para disfrutar de
un paseo por algunos decorados surrealistas, como un templo tibetano en medio
del desierto marroquí, una stupa o un templo egipcio.
En CLA Studios, una compañía de Dino de
Laurentiis, la entrada está flanqueada por una gran cabeza de faraón egipcio, y
sus paredes recuerdan las murallas del palacio de Nabucodonosor. El estudio se
amplía por la parte de atrás y se adentra en el desierto, donde incluso se ha reconstruido
parcialmente el interior de La Meca. También existen decorados de un salón del
trono (del rey Salomón), un pueblo judeo y una prisión en la que han estado
enterrados tanto Jesucristo como caballeros templarios.
En
Ouarzazate hay incluso un Museo del Cine, con
algunas viejas cámaras y varios pósters de películas filmadas en la zona.
Pero
Ouarzazate es también de por sí una ciudad fotogénica, y su principal
atractivo es la magnífica Kasbah Taourirt, otro edificio Patrimonio
de la Humanidad por la UNESCO que es en realidad una casa fortificada,
residencia antaño de los gobernadores de la región. Actualmente acoge a la
organización encargada de la conservación del patrimonio arquitectónico del sur
de Marruecos.
Aquí se filmó parte de la película El cielo protector. Sus
anchos muros de adobe la protegían de posibles ataques de las tribus del
desierto, a la vez que le daban aislamiento para refrescar en los tórridos
meses de verano. Tallas policromadas, decoraciones de arcilla, y elementos
arquitectónicos singulares como almenas, balcones y pasillos estrechos dotan a
las Kasbah y a su ksar de una belleza especial que hace que este rincón cercano
al desierto de Marruecos se convierta en un oasis de interés y curiosidades.
Si
eres fan del cine seguro que muchos de los decorados de Ait ben Hadu y
Ouarzazate te sonarán. ¿Qué esperas para
descubrirlos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario