Ayer
en el Salón Colón del Gobierno Militar de Barcelona tuvo
lugar la conferencia “Prim, un héroe catalán
que amó México”, por el periodista e historiador Albert Torras, charla que se enmarca dentro de los actos de celebración
de la Independencia de México organizado por la asociación MEXCAT.
Ante
la presencia del General Fernando González Arteaga y de varios jefes militares
y componentes del Consulado de México, Albert Torras trazó una breve biografía
del general catalán Joan Prim y esbozó a grandes trazos la compleja historia
del siglo XIX de México que derivó finalmente en que Benito Juárez decidió unilateralmente posponer
los pagos de la deuda que tenía con tres países europeos: Francia, Reino Unido
y España. Los tres formaron una alianza con la firma de la Convención de
Londres, en octubre de 1861, según la cual se enviarían ejércitos a México para
asegurarse el retorno de los préstamos. México debía al Reino Unido 70 millones
de pesos; a España 12 y a Francia sólo 2 millones.
El
General Prim encabezó el ejército mandado por España, y llegó a México desembarcando
en Veracruz en enero de 1862. Los británicos y franceses se habían apoderado de
los puertos y aduanas de Veracruz y Tampico para cobrarse parte de las deudas
con sus ingresos.
El general Prim pasando revista a las tropas españolas en Veracruz |
El
General Prim acampó en Orizaba, Córdoba y Tehuacán, desde donde empezaron las
negociaciones. Hábil negociador, Prim consiguió en la Convención de la Soledad
(15 abril 1862) que los ingleses finalmente se retiraran después de dejar sólo
una pequeña guarnición en México, y las mismas tropas españolas regresaron a
Cuba.
Los
franceses, sin embargo, aun y ser los que menos dinero les debía el gobierno de
México, se quedaron y hasta aumentaron sus tropas. Napoléon III ya tenía en
mente convertir a México en un Imperio para
su primo el Archiduque Maximiliano, y Dubois de Saligny avanzó hasta Puebla iniciando
así la Segunda Intervención Francesa en México. El 10 de junio de 1863 ocuparon
la Ciudad de México y coronaron a Maximiliano de Habsburgo como nuevo emperador
de los mexicanos el 10 de abril de 1864.
¿Por
qué se dice que Prim amó a México? ¿Acaso no lo abandonó a su suerte con los
franceses?
En
realidad, según Albert Torras, Prim ya amaba México mucho antes de haber
viajado ahí. Su esposa, Francisca Agüero y González, era mexicana. Se
conocieron en París, donde Prim se codeo también entre la aristocracia francesa
y llegó a conocer muy bien a Napoleón III. Es en París donde empezó a conocer
las intenciones de los franceses para con México, y Albert Torras cuenta que
muy probablemente Prim quiso comandar las fuerzas españolas desplegadas en
México para poder tener un ojo puesto siempre sobre los franceses. Consiguió
convencer a los ingleses que se retiraran, pero con los franceses, que ya
habían tramado el plan desde mucho antes, no pudo hacer nada.
Cuando volvió a España,
a Prim se le reprochó que hubiera abandonado a su suerte a los mexicanos, pero
el tiempo le dio la razón. En 1867, el emperador era fusilado en Querétaro y
Benito Juárez volvía al poder…
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