12 dic 2019

RAPA NUI EN CATALUÑA


La Isla de Pascua dista casi 13.700 kilómetros de Barcelona. Y, sin embargo, Cataluña ha tenido (y tiene aún) una estrecha relación con Rapa Nui, la isla polinesia de Chile

RAPA NUI EN CATALUÑA

Quizá uno de los más destacados testimonios y ejemplos de esta gran conexión RAPA NUI EN CATALUÑA sea la presencia de dos moais, las famosas y enormes estatuas de piedra de la isla, situadas en el territorio catalán.

Moai de Òrrius

El más cercano a la capital catalana se encuentra dentro del llamado Bosc Màgic d’Òrrius, entre esta población del Maresme y La Roca del Vallès. En medio del espeso bosque mediterráneo del Parc Natural de la Serralada Litoral, esculpida entre un conjunto de grandes bloques de granito gris, encontramos la figura de un moai como los de la Isla de Pascua, aunque de reducidas dimensiones.

Nadie sabe cuándo fue labrada esta escultura, aunque se cree que fue en los años 1970, obra de dos artistas que no solo crearon este moai si no que añadieron también detrás de esta escultura la cabeza de un indio de tipología maya. Incluso cerca de ahí podremos ver un gran elefante cuyo perfil fue esculpido utilizando la forma de una gran roca.
Parece más un divertimento de picapedreros (la zona era un lugar de aprovisionamiento de bloques de granito para la construcción) y no tiene más finalidad que la puramente artística, pero por ahí corren muchas teorías que hablan de este como de un bosque encantado, con presencias paranormales, ruidos inexplicables e incluso aquelarres celebrados en noches salvajes.



Lo cierto es que por aquí también pasa una ruta prehistórica que nos puede llevar a ver el famoso dolmen de Céllecs o (la Cabana del Moro), una construcción megalítica del neolítico que no tiene nada que ver con el moai pero que hace de este lugar un entorno único.

Moai de Olot

En Olot, la capital de la comarca de la Garrotxa, existe la Plaza de la Isla de Pascua. Se trata del reconocimiento al hermanamiento que Olot tiene con Hanga Roa, la capital de Rapa Nui, desde 1982. Y en esta plaza se encuentra el segundo moai que podemos encontrar en Cataluña.
La estatua fue trabajada en un bloque de basalto de Castellfollit de la Roca por el escultor rapanui Manuel Tuki, que se desplazó un tiempo a Cataluña para poder esculpir la estatua. Colocada en un altar ahu moai, el moai conecta esta ciudad con la Isla de Pascua gracias a los esfuerzos de Antoni Pujador, llamado Manuheuroroa. Este catalán nacido en 1948, se interesó desde joven por la Isla de Pascua y desde 1974 hasta su muerte en 1993 pudo viajar a la isla en muchas ocasiones, siendo el único no-rapanui además de Thor Heyerdahl en ingresar en el Consejo de Ancianos de Rapa Nui y convirtiéndose en su portavoz. Gracias a sus gestiones, Olot y Hanga Roa pudieron hermanarse.


Antoni Pujador también fue el creador, junto a Francesc Amorós y Pablo Teutsch, del primer mapa arqueológico-turístico de Rapa Nui en 1985, impreso por primera vez en Barcelona y que contó con el beneplácito de Thor Heyerdahl, el explorador noruego que años antes había excavado en la isla.

Fruto de su amistad con Thor Heyerdahl surgió la posibilidad de realizar una nueva serie de excavaciones en la isla que aportaron nuevos conocimientos arqueológicos sobre el origen y sentido de los moais.

El moai de Olot todavía no vivía cuando fue inaugurado el monumento. Años más tarde, en 2007, Manuel Tuki volvería otra vez a Olot trayendo esta vez un “pukao” de piedra volcánica roja. Se trata del sombrero o tocado que cubre la cabeza del moai. Y también se le pusieron unos ojos blancos con pupilas de obsidiana negra (“mata”), que identifican ya que está vivo.
Pero hasta 2012 no se realizaría la ceremonia oficial rapanui de Umu Tahu para darle vida. El grupo de danza Haka Ara Henua bailó danzas tradicionales rapanui.


El hermanamiento de Olot con Hanga Roa también tiene también la contraparte del moai. El escultor Joan Sala creó la figura de un ángel de tres metros de altura que fue enviada a la isla e instalada en los terrenos de la escuela católica gracias al trabajo del olotense Raül Núñez. Así, un trozo del basalto de la Garrotxa con el que fue esculpido el Ángel, se encuentra ahora en la isla volcánica más alejada del mundo.


El moai resquebrajado

Hubo incluso un tercer moai en Cataluña, pero en realidad solo estuvo de paso. En 1995 la Fundació La Caixa realizó una exposición en Barcelona llamada: ELS MOAI DE L’ILLA DE PASQUA. ART I CULTURES DEL MAR DEL SUD. Mientras entraban la estatua a la sala del museo se escuchó un tronar y se detectó que en el cuello del moai había aparecido una grieta. Por suerte pudo repararse.



Libros sobre Rapa Nui   

Amigo y colaborador de Pujador, Francesc Amorós, es actualmente uno de los mayores especialistas en la cultura rapanui de nuestro país y autor de dos libros muy recomendables sobre el tema:



También existe una novela sobre la Isla de Pascua escrita por la arqueóloga catalana Alex Guerra Terra, RONGORONGO.

Aquí podéis ver también un vídeo en el que Alex Guerra explica la historia de la isla y el nacimiento de alguna de sus tradiciones.



La relación entre Cataluña y Rapa Nui también se muestra a través de la lengua. En 1960 se publicaba el DICCIONARIO Y GRAMÁTICA DE LA LENGUA DE LA ISLA DE PASCUA, obra del catalán Jordi Fuentes y hoy considerada un clásico de la etnolingüística.

Marutani: La vergüenza catalana en Rapa Nui

Otro catalán también está ligado a la historia de Rapa Nui pero en este caso con un funesto resultado. Joan Maristany i Galceran, nacido en El Masnou en 1832, fue un esclavista y negrero que atacó la isla de Pascua buscando mano de obra. Ahí se le conocía como Marutani. Y aún sigue siendo un nombre temido y odiado al mismo tiempo.
El 23 de diciembre de 1862 llegó con ocho barcos y capturó a 1.407 hombres jóvenes aptos para el trabajo en los campos de las colonias. Eso representaba un tercio de los cuatro mil habitantes que vivían entonces en la isla. Dejaría la isla en estado de desolación y con solo niños, viejos y mujeres que tardarían en recuperarse. Lo peor de todo es que después de navegar por otras islas del Pacífico, cuando llegó a Perú para poder vender a los esclavos, en el país ya no estaba permitido el comercio esclavista y lo esperaban para meterlo en prisión. Pudo escapar y volver a España, donde terminó sus días feliz, rico y sin remordimientos en El Masnou. La casa de su hermana (viuda de otro capitán de marina) en la que murió aún existe en el pueblo, y si bien en el cementerio no se ha encontrado rastro de su tumba, en el Museu Municipal de Nàutica del Masnou, dedicado al mar, sí que se expone un cuadro de La Rosa y Carmen, la corbeta utilizada por Maristany para su razia en Rapa Nui. 

De la carga de hombres de Rapa Nui que traían sus barcos y que no pudo vender no se sabe cuál fue su destino. Solo quince rapanuis consiguieron volver a su isla un año después, con tan mala suerte que contagiaron a sus compatriotas de viruela y la población acabó reduciéndose hasta 111 habitantes, de los que descienden las 36 familias rapanuis que quedan actualmente.

Justamente sobre Maristany existe el libro PIRATAi NEGRER, de Joan Muray.

También trata de la figura de Maristany y de su triste vinculación con Rapa Nui el documental del programa Thalassa emitido en el Canal 33 en 2011:


Ovnis y moais a la catalana


En 1975 una expedición catalana liderada por el ufólogo Antonio Ribera (en la que también participó Antoni Pujador), realizó una investigación entre arqueológica y paranormal llamada, muy jamesbondianamente, Operación Rapa-Nui. Las conclusiones de la expedición distaron mucho de ser científicas (se propuso, por ejemplo, que un moai descubierto con perilla era de influencia egipcia faraóncia, o incluso que la isla era visitada frecuentemente por ovnis…) pero mostraron el interés de Cataluña por Rapa Nui. 

El libro OPERACIÓN RAPA-NUI, de Antonio Ribera, fue el fruto de esa expedición.

Etnología Rapanui en Barcelona

No solo hay moais en Cataluña, sino que también podremos ver auténticos objetos de la cultura rapanui. Para eso, hay que acercarnos al Museu de Cultures del Món de Barcelona, donde tienen expuesto un bello pectoral de reimiro del siglo XIX. Está hecho en madera de toromiro y servía para adornar el pecho de los ariki (la casta aristocrática de la isla) como muestra de su poder. En su base tiene grabados varios símbolos de la escritura ta’u i mama, una evolución del rongorongo, la escritura aún no descifrada de los rapanui. 

También se exhibe aquí una figura de un moai tangata, una escultura humana de madera, también del siglo XIX con los rasgos característicos del arte rapanui.


Grupos de baile y música Rapanui

Además de estos objetos de Rapa Nui, en Cataluña también podremos encontrar otras manifestaciones de la cultura de Isla de Pascua, especialmente en forma de danza y música gracias a los varios grupos y artistas chilenos y de otros países que se han dedicado a divulgarlas: 

  • Mahia Rapa Nui, este grupo dinámico y joven fue fundado en 2017 con artistas residentes en Barcelona y provenientes de varios países.
  • Inanga Rapa Nui (Alma de Rapa Nui) es una agrupación cultural nacida en 2013 creada por ciudadanos de Chile y otros residentes de Barcelona.

  • Toteva Rapa Nui el grupo de Lizbeth Letelier, tiene shows rapanui entre su repertorio de danzas polinesias.


  • Tahiri Polinesia, grupo coreografiado por Angélica Díaz, realiza también espectáculos de danza rapanui.

  • Noro (Pablo Quiroga) Este cantante chileno, co-fundador del grupo Tahiri Polinesia, combina con maestría la música tradicional con composiciones propias que toca con ukelele y guitarra.

Y para finalizar, te dejamos un poco de música rapanui con el gran Noro:


Mauruuru!




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