27 ene 2017

LAGO DE BLED (ESLOVENIA)

El Lago de Bled, tranquilo, de aguas de azul celeste en las que se reflejan las montañas y las nubes, con una isla en el centro en la que se erige una iglesia, cuyo campanario se eleva como un faro para las pequeñas embarcaciones que surcan sus aguas es, posiblemente, uno de los lagos más bonitos del mundo. Este lago, de estampa postalera y paisajes sublimes, se encuentra en el noroeste de Eslovenia a solo 55 kilómetros de la capital Ljubljana y por lo tanto un destino fácil de visitar que lo ha convertido en uno de los iconos turísticos del país.
Y eso a pesar de que el lago de Bled no es excesivamente grande: un poco más de 2 kilómetros de largo y 1,4 de ancho y solo 29 metros de profundidad. Pero lo fascinante de este lago no está en las dimensiones, sino en su localización: en medio de los Alpes Julianos, rodeado de montañas y con sus ribas pobladas de los bosques de Poklujka y Jelovica.
Lago de Bled

La ciudad de Bled junto al lago

La mejor manera de visitar el lago y llegar a la isla es hacerlo en una de las  pletna, embarcaciones de madera que parten del muelle de Bled, en su riba Este.  La población que da nombre al lago está enfocada principalmente al turismo, tanto en verano como en invierno, aunque sus orígenes son lejanos y existen unos textos del año 1004 en que aparece por primera vez su nombre Ueldes.
Bled antigua
Los entusiastas de la gastronomía que no se pierdan la kremna rezina (corte de crema), un pastel de crema, nata  y pasta de hojaldre que es la especialidad local. La ciudad no lo inventó, pero desde 1953 se han servido más de 10 millones de pasteles en el Hotel Park, desde que lo introdujo Ištvan Kovačevič el chef Serbio que entró a trabajar en la cocina del hotel e incorporó el pastel en el menú.
Las barcas hacia la isla son para unos quince pasajeros y el barquero la lleva a remo en un corto viaje de 40 minutos en el que se disfruta de la tranquilidad del lago y especialmente de las vistas. A medida que nos vamos alejando del muelle se nos abre el campo visual y empezamos a descubrir algunos de los hoteles de mediados del siglo XIX que fomentaron el turismo local y convirtieron la ciudad en una especie de balneario. 
Bled en 1890
Uno de los impulsores de Bled como un centro de salud fue el naturópata suizo Arnold Rikli (18723-1906), quien lo recomendó a muchos de sus ilustres clientes. Poco a poco el lugar se fue convirtiendo, gracias a su clima templado, en un destino ideal para las vacaciones de la aristocracia y nobleza y con el tiempo se empezaron a acondicionar lugares para sus actividades: hoteles, golf, pesca, hípica. Bled se considera también como una de las puertas para las excursiones al Parque Nacional Triglav cercano, donde se encuentra la montaña más alta de Eslovenia. Algunos, como Agatha Christie, se dedicaban a rodear el lago una y otra vez en un carruaje fijaker.  Incluso el dictador Tito (Eslovenia formaba parte de Yugoslavia) se hizo construir aquí una residencia de verano, que ahora alberga el Hotel Vila Bled.
Hotel Louisenbad en 1910
Los hoteles que se construyeron en esa época, como el Louisenbad o el Grand Hotel Toplice) todavía se encuentran junto al agua, en algunas de las mejores localizaciones. A pesar de ser una ciudad turística, nunca está colapsada, puesto que una regulación municipal fija el límite de camas hoteleras en la misma cifra que habitantes de la ciudad (5.500).

El Castillo de Bled

Al otro lado de la ciudad, ya cerca del centro del lago, nuestra vista se irá a fijar irremediablemente en la mole del peñasco que se alza a la ribera norte del Lago Bled: en lo alto del precipicio, dominando toda la extensión del lago, se encuentra el Castillo de Bled, la fortaleza más vieja de Eslovenia y sin duda una de las más visitadas. El castillo se menciona por primera vez en 1011 (siete años después de la ciudad), y de esa época son los restos de la torre románica más vieja. El resto de la fortaleza fue ampliada y  renovada entre la Edad Media y el renacimiento, primero por los Obispos de Brixen y después por la Casa de Habsburgo a partir de 1278. El aspecto medieval del castillo viene reforzado por un puente levadizo, un foso, las torres cilíndricas e incluso una capilla del siglo XVI con frescos.

La isla de Bled

La pletna sigue su camino hasta llegar a la isla de Bled (Blejski otok). Desde lejos ya hemos podido ir viendo el alto campanario (52 metros) de la iglesia dedicada a la Asunción de María que corona la isla, del siglo XVII (a pesar que la primera fue consagrada en 1142) .Desde el muelle en el que se pisa el suelo de la isla  en su ribera sur se accede a la parte superior por una ancha escalera de 99 escalones. El santuario es muy concurrido en primavera y verano para la celebración de bodas, y es una tradición no escrita que el novio suba a la novia en brazos todos los 99 escalones hasta la cima. Eso sí, la novia no puede hablar durante esos momentos, quizás para no distraer al novio que lo debe tener complicado para no caerse con el largo vestido, o quizá para que éste no tenga que responderle quedándose sin aire en los pulmones.
Las vistas desde el pie de la iglesia, por encima de los árboles que rodean la isla, son fabulosas, pero mejor aún son las vistas desde lo alto de campanario. Unas estrechas escaleras (previo pago) llevan hasta el piso superior desde el que se puede admirar la belleza del paisaje. Cerca, la iglesia, el restaurante y la tienda de souvenirs a su lado, y a lo lejos, el Castillo de Bled sobre el acantilado y, al pie del lago, la ciudad balnerario que nos espera al regreso.
La vuelta en la embarcación siempre parece más rápida que a la ida, pues quizá demasiado aprisa la isla de Bled queda atrás. Uno desearía haberse quedado allá arriba más tiempo disfrutando de la serena contemplación de la belleza de Eslovenia en el Lago Bled.

Para conocer más:

21 ene 2017

A LA CERCA DELS ELEFANTS INDIS a ZOO OH!

Ja s'ha publicat l'últim número de la revista ZOO Oh! del Zoo de Barcelona, on apareix el meu article "A la cerca dels elefants indis" on descric un viatge per INDIA i SRI LANKA buscant els elefants asiàtics. Més enllà dels temples i les processons, les plantacions i els treballs als boscos o els passejos per a turistes, en aquests dos països encara queden elefants salvatges que es poden veure en llibertat.   


20 ene 2017

CUEVAS DE SKOCJAN (ESLOVENIA)

Eslovenia es un país de cuevas, y su mejor muestra, las Cuevas de Skocjan. El macizo del Karst (cuyo nombre originó el término cárstico usado en geología) se encuentra en medio del país, por lo que es normal que en este terreno de piedra caliza de fácil erosión por el agua se hayan formado hasta 10.000 cuevas, pozos y cavernas. En Eslovenia hay incluso un castillo dentro de una cueva (el castillo de Predjama), por lo que no ha de extrañar que algunas de las más bonitas, o más grandes, cuevas del mundo se encuentren en este país europeo.
Cuevas de Skocjan
Las Cuevas de Skocjan (Škocjanske jame en esloveno) son sin duda las más hermosas de Eslovenia y es por ello que han merecido entrar en la lista del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (desde 1986). Lo que tienen de especial es su variada composición, con algunas de las formaciones geológicas más bonitas del mundo, pero sobretodo es la gran dolina colapsada y el cañón bajo tierra más grande del mundo que la hacen única.
Las cuevas de Skocjan siempre se visitan con un guía del Parque, que va indicando los lugares más significativos de la cueva y que asegura que nadie se pierda en el camino. Se sale del Centro de Visitantes, donde hay un pequeño museo con objetos relacionados con las primeras exploraciones de las cuevas, cuando eran los mismos labradores y pastores de la región quienes se aventuraban con rudas cuerdas y cascos en el interior de la cueva.
Cueva del Silencio
Ya en el siglo II a.C. hay constancia de que la cueva era conocida. El filósofo Posidonio de Apamea escribió sobre ella que “El Río Timava [como era conocido entonces] fluye desde las montañas, cae en el abismo y después, corriendo 130 estadios bajo la superficie de la roca, emerge cerca del mar”. Durante un tiempo incluso se creyó que era la entrada al infierno. En la gran entrada cueva de Mušja jama se encontraron restos de un templo esculpido en la roca por los antiguos griegos.
En 1689 el primero de los estudios del naturalista esloveno J.W.Valvasor demostraron que el río Reka se hundía y circulaba por debajo de la tierra en las cuevas. Más tarde, ya en el siglo XVIII, empezó el interés para adentrarse en su interior. Las ilustraciones del pintor francés Louis-François Cassas de 1782 nos muestran como en esa época ya se visitaba la dolina hundida (colapsada). El 1 de enero de 1819 se instituyó el primer libro de visitas para los primeros turistas en visitar la dolina y en 1823 se empezaron a excavar los primeros peldaños.
Grabado con las cuevas de Skocjan
Pero no fue hasta el siglo XIX cuando se empezó realmente a explorar las cuevas. El Lago Muerto se encontró en 1890, y ya en 1904 se llegó hasta la Cueva del Silencio, lo más profundo del sistema de cuevas.
Una serie de pasarelas, escaleras y puentes permiten un acceso fácil, por lo que no hay excusa (ni tan siquiera para los que sientan claustrofobia) para no visitar estas magníficas cuevas.
Diagrama de la cueva

Planta de la Cueva
La visita a las Cuevas de Skocjan empieza con un breve paseo desde el Centro de Visitantes hasta la entrada del túnel artificial, en la Dolina Colapsada de Globocak, en medio del bosque, que conecta con la Cueva Silenciosa. Un corto pasadizo excavado en la roca permite al visitante habituarse a la penumbra de la luz artificial y al frío (siempre 12ºC) imperante en la cueva.
La Cueva silenciosa recibe este nombre por la falta de cualquier sonido. Aislada del resto de las cuevas, no se escucha el murmullo del río Reka en su paso subterráneo, ni el viento. Pero una serie de formaciones de piedra, estalactitas, estalagmitas, columnas, vanos y todo tipo de esculturas naturales decoran esta sala dándole un aire mágico y casi surrealista.
Cañón del Reka
Al salir de la Cueva Silenciosa nos adentramos en el Cañón del Reka, visible al fondo de una inmensa cueva de centenares de metros de largo. Todo el conjunto de cuevas tiene 6.200 metros de largo, y gran parte del recorrido lo realiza el río en el cañón de roca que ha ido excavando poco a poco en millones de años.
Hay quien cree que la Tierra Media que imaginó J.R.R. Tolkien al escribir El Hobbit o El Señor de los Anillos se encuentra en Nueva Zelanda, donde el director Peter Jackson utilizó los paisajes para situar algunos de los escenarios de las novelas en sus películas. Pero si algún sitio del mundo se merece ser la Moria de Tolkien es la Cueva de Skocjan. Uno se puede imaginar fácilmente a los trasgos saliendo de entre las grietas de las paredes, persiguiendo al grupo de humanos y hobbits a través de los caminos excavados en las paredes y atravesando, al igual que en el libro, el puente que cruza el cañón donde Balrog y Gandalf caen. Skocjan, para los fans de El Señor de los Anillos, es un paraíso visual. Y para los que no son fans, también. El puente de Cerkvenik cruza el cañón 47 metros por encima del río Reka, y dirige el camino a través de los recovecos de la roca para poder ver, desde varios balcones, algunas de las panorámicas más grandes de la cueva.
Puente de Cerkvenik
El Cañón del Reka es el más cañón subterráneo más grande del mundo con 2.600 metros de largo, 60 de ancho y 146 de alto.
El paisaje es increíblemente bello con el camino iluminado como si fuera una pequeña serpiente de luz. Se pasa por debajo de las colonias de murciélagos que viven en la cueva, y al final de casi una hora y media de camino se sale a la luz otra vez, en la cueva de Tominc bajo la Gran Colina Colapsada, y tras pasar junto a una cascada que cae por un puente de piedra natural, se puede regresar a la superficie tras remontar la pared de roca.
Hace calor al dejar la cueva, pero más que el cambio de temperatura, lo que deja al visitante desasosegado es la maravilla natural que acaba de ver. Casi le dan ganas a uno de regresar otra vez y volver a entrar.
¿A qué esperas para visitarlas?


17 ene 2017

Hawái, viajar al paraíso en bcnTB

Cada 17 de enero desde 1893 los hawaianos están de luto. Ese día perdieron su independencia cuando un grupo de industriales isleños de origen americano depusieron a la reina Lili'uokalani y traspasaron el archipiélago bajo la tutela de los Estados Unidos. Tras intentos de revuelta, una república y el paso por Territorio, Hawái conseguiría en 1959 ser el último Estado en entrar en la Unión. Los hawaianos son desde entonces ciudadanos americanos, pero en el fondo de su alma, aún sueñan con el reino independiente que fundó el rey Kamehameha. El Palacio Real de 'Iolani, en Honolulu, donde vivieron los monarcas hawaianos, es todavía un constante recuerdo de ese pasado en el que sus reyes se codeaban con los soberanos de Europa...
'Iolani Palace en Honolulu

Para conmemorar este día he escrito una entrada sobre Hawái, viajar al paraíso para el blog de la asociación Barcelona Travel Bloggers de la que formo parte.
Podéis leer el post aquí.



14 ene 2017

SVALBARD en BUEN VIAJE

Este mes de enero se publica en la revista BUEN VIAJE mi reportaje "SVALBARD, la suprema belleza del Ártico" en el que describo alguna de las actividades invernales que se pueden hacer en este archipiélago de NORUEGA: excursiones en moto de nieve, esquí, visitas a cuevas de hielo y experiencias gastronómicas curiosas.
Algunos quizá lo conozcan por el nombre de Spitzbergen, aunque este es el de la isla principal, donde se encuentra Longyearbyen, su pequeña capital y donde viven menos personas que osos polares hay repartidos por las islas. Svalbard se ha convertido en refugio para estos grandes osos y está considerado como uno de los lugares más salvajes de Europa. 

SVALBARD

Podéis leer el texto aquí o directament en issuu:





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