Desde las murallas de lo alto de la Kasbah de Tánger en
Marruecos puede verse la pequeña bahía, de un azulado intenso, que empieza bajo
la medina. Desde aquí, al otro lado del Estrecho de Gibraltar, se adivina bajo
las nubes la silueta de Tarifa y la costa de España. Tánger está en Marruecos,
pero casi tan cerca de la Península Ibérica que casi parece poder tocarse. Tan
cerca y tan lejos. Un servicio de ferry rápido tarda menos de dos horas en
cruzar los ocho kilómetros del estrecho, pero a pesar de ser una corta
distancia, nos transportará a un mundo de maravillas exóticas donde empieza un
continente: Tánger es, en realidad, la Puerta de África en Marruecos.
QUÉ VER EN TÁNGER
La ciudad de Tánger puede dividirse en dos grandes zonas: la
ciudad vieja (la medina) con sus murallas y su fortaleza (Kasbah) en lo alto; y
la ciudad moderna, extra muros, con sus calles anchas de nombre francés.
Tumbas fenicias de Tánger
En lo alto de la medina, junto al mirador El Hafa, fuera de
las murallas en un acantilado rocoso frente al mar, se encuentra una docena de tumbas fenicias excavadas en la piedra.
Son pequeñas y rectangulares, se llenan de agua con las lluvias y de basura con
el viento, pero son el testimonio más antiguo de la población de Tánger por los
fenicios, que fundaron la ciudad en el 1.450 a.C. atraídos por su magnífico
puerto.
Plaza del Pequeño Zoco
de Tánger
En la parte baja de la medina se encuentra la Plaza del Pequeño Zoco, donde se aúnan
algunos viejos hoteles y cafés. Es el centro neurálgico de la medina, activo tanto
de día como de noche. Esta fue en realidad la plaza del foro romano que se
establecieron aquí nombrando Tangis a la ciudad al menos ya en el año 40 a.C.
Después sería conquistada por los vándalos, y en el 710 d.C. llegaron los árabes
con Musa ibn Nusayr. Desde Tánger,
los árabes pondrían los ojos sobre Hispania y empezarían su invasión.
Las murallas de Tánger
En
el año 1471 los portugueses, interesados en establecer un puerto en África,
conquistaron la ciudad y le hicieron unas cuantas reformas, entre ellas la
construcción del muro del puerto y la reconstrucción de las murallas. En 1661,
cuando la infanta Catalina de Braganza se casó con el rey Carlos II de
Inglaterra, Tánger pasó como dote a los ingleses, que la perdieron poco después,
ene 1684, ante el sultán Ismaíl de Marruecos.
Legación americana
Pasarían
cien años antes de que las potencias extranjeras se interesaran de nuevo por Tánger,
pero a partir de 1786, al convertirse en capital diplomática del reino de
Marruecos, varios gobiernos extranjeros instalan aquí sus consulados y
embajadas.
Entre
ellos, los Estados Unidos de América, recién independizados del Reino Unido,
instalan la Legación Americana (American Legation), la primera edificación
comprada por el gobierno de los Estados Unidos fuera de su territorio. Cuando
en 1956 Rabat se convirtió en la capital diplomática del país el edificio fue
abandonado, pero con el tiempo recuperado y ahora guarda en su interior el Tangier
American Institute for Moroccan Studies y un museo dedicado a las pinturas de Marguerite
McBey y toda un área reservada a objetos personales y primeras ediciones de
Paul Bowles, el escritor americano que decidió afincarse en Tánger,
donde escribió su obra maestra “El cielo protector”, llevada al cine en 1990
por Bernardo Bertolucci.
Una ciudad cosmopolita
Con
la llegada de las potencias extranjeras, Tánger se convierte a finales del
siglo XIX en un centro para la diplomacia europea.
Es
de esa época el Hotel Continental, uno de los más grandes y lujosos, con
magníficas vistas de la bahía. Mantiene todavía el aire nostálgico de esa época,
y a pesar de haber sido renovado, todavía sus paredes emanan una atmosfera
vieja pero multicultural.
En
1925 Bélgica, España, Estados Unidos, Francia, Países Bajos, Portugal, Reino
Unido y la URSS firman la Conferencia de Algeciras en la que se crea la Zona
Internacional de Tánger. Entonces la ciudad se convierte en un foco vital de
personajes variopintos: espías, mercaderes, contrabandistas.
De
1940 a 1945, España desalojó a las potencias extranjeras de Tánger, por lo que
bastantes calles y edificios, e incluso carteles de negocios todavía mantienen los
nombres en español. Otros edificios son anteriores a esta época pero todavía mantienen
el nombre en castellano, como el caso del Cine Alcázar, creado como teatro en
1913 pero convertido en un activo cine pocos años después con más de 700
asientos. Ahora ha caído en el olvido, esperando que las paredes acaben derrumbándose…
También es de esa época el Gran Teatro Cervantes, igual de destartalado.
También es de esa época el Gran Teatro Cervantes, igual de destartalado.
Algunos
edificios de esa época fueron construidos para los marroquíes. En la periferia
de la ciudad, yendo hacia Cabo Espartel se encuentran varias mansiones. Una de
ellas es el palacio de la Mendoubia, la residencia del Mendoub, el
representante del sultán en la ciudad. Es un edificio blanco y lujoso de 1929 que
compró el millonario Malcolm Forbes en 1970.
Mausoleo de Ibn Battuta
Otros monumentos son mucho más pequeños pero cargados de
historia. Cerca de la Kasbah, en lo alto de la Medina, después de recorrer estrechas
y tortuosas callejuelas se llega al Mausoleo de Ibn Battuta, un monumento en
honor del viajero nacido en Tánger en 1304 y muerto en 1377 después de haber
viajado por África , Arabia, India, Sri Lanka y China durante 20 años.
Kasbah de Tánger
A pocos metros del mausoleo de Ibn Battuta se encuentra la Kasbah,
la fortaleza amurallada donde vivía el sultán. Su palacio, Dar el Makhzen, del siglo XVII, es ahora un museo de artes marroquíes
y antigüedades con un jardín fresco muy agradable.
Pasear
por las callejuelas de la medina, explayarse con las vistas desde la Kasbah,
soñar despierto con las llamadas a la oración desde los minaretes, visitar el
puerto de pescadores, contemplar el mar tranquilo desde la ancha playa son
algunas de las otras actividades que convierten a Tánger en un gran destino y
una de las mejores introducciones a un país, Marruecos, y a un continente, África,
que esperan con los brazos abiertos al visitante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario