Todo el mundo cuando escucha nombrar a Génova la relaciona
inmediatamente como la ciudad donde nació uno de los personajes más conocidos
de la Historia: Cristóbal Colón. Pero aunque se conserve su casa natal
(reconstruida en el siglo XVIII) y sea interesante visitarla, el viejo puerto de
la ciudad, recientemente modernizado, ofrece una de las mejores aproximaciones
a todos los aspectos de la vida marina, tanto de la ciudad, como del
mediterráneo u otros mares.
Aquí os describimos algunos de los museos y atracciones de lo
que hay
QUE VER EN EL PUERTO VIEJO DE GENOVA
GALATA: MUSEO DEL MARE
Sin duda el Museo Marino de Génova (Galata Museodel Mare) es uno de los mejores museos marítimos de Europa, con extensas
exposiciones y recreaciones de naves. Empieza
con varios cuadros y maquetas explicando la historia marinera de la
ciudad (y en especial sobre la figura de su hijo ilustre Cristóbal Colón),
y sigue con la evolución de las naves a lo largo de la Historia y de los
distintos eventos que han afectado a Génova.
Una de las grandes naves a la vista es una galera del
siglo XVI en la que además se ha representado un despacho de un controlador
de la plata española. En los tiempos de Carlos V y Felipe II, España estaba en
guerra en muchos frentes y los banqueros genoveses cedieron dinero a los
monarcas españoles a cambio de un interés muy alto. La manera que tenían de
cobrarse era interceptar a las expediciones de galeones provenientes de América
que iban cargadas con plata y oro hacia puertos españoles. Con sus galeras
rápidas los genoveses las interceptaban antes de llegar a puertos españoles y,
con el consentimiento de la Corona, tomaban su parte de pago hacia Génova. Fueron
los aristócratas genoveses, los Magnifici, los primeros banqueros que
trabajaron con la Corona española y que hicieron fortunas visibles en forma de
los inmensos palacios que legaron.
Se exponen en el museo cartas náuticas, objetos marinos,
instrumentos científicos y varias maquetas náuticas.
Sin embargo, una de las exhibiciones más impresionantes es
la recreación de un buque de vapor de principios del siglo XX como los
que llevaron a los primeros inmigrantes italianos a Argentina (muchos de ellos
provenientes de la Liguria). En él se ve incluso un barrio genovés, una oficina
marítima, el puente de capitán, el comedor de tercera clase, un camarote y la
enfermería con todos los aparatos de la época. Casi solo hace falta que el
suelo se balancee al ritmo de las olas para parecer que estamos en alta mar.
También hay una muy buena representación de antiguos oficios
relacionados con la construcción de barcos de madera, con instrumentos, figuras
de cera y esqueletos empezados a construir de un par de barcos.
La exposición termina con una sección que habla de la migración
contemporánea, con referencia a los nuevos italianos y los peligros de
atravesar el mar hacia un futuro mejor al que se enfrentan cada día millares de
personas.
Una extensión del museo que sin duda fascinará a los
visitantes es el submarino Nazario Sauro, el mayor de los submarinos
italianos, fuera de servicio desde 2010 e instalado en un muelle junto al
museo. El recorrido por el interior del submarino es bastante claustrofóbico,
pero permite hacerse una idea muy precisa del poco espacio del que disponía la
tripulación. Incluso la cabina del capitán parece minúscula comparada con la de
un barco de guerra.
ACUARIO DE GÉNOVA
Después del de Valencia, el Acuario de Génova es el segundo acuario
más grande de Europa, y contiene muchas especies difíciles de ver al natural.
Un hall a oscuras recibe al visitante para mostrarle un
corto vídeo a toda pared y dar paso a un recorrido por varias plantas en el que
se distribuyen 70 ambientes diferentes con la mayor exposición de biodiversidad
acuática de Europa. Entre sus acuarios, pequeños unos e inmensos otros, se
pueden encontrar hasta 12.000 ejemplares de 600 especies diferentes
provenientes de todos los mares y cuencas fluviales.
Entre los animales más curiosos se encuentran los delfines, focas,
pingüinos, medusas tiburones, pero sobre todo los manatíes, muy raros en
acuarios. Algunas de las peceras son muy curiosas, como por ejemplo la Columna
de las Morenas, un cilindro de 6 metros de altura con ambiente rocoso en el
que se esconden media docena de grandes morenas.
En uno de los pabellones hay una sección de acuarios a ras
de suelo donde los niños (y mayores) pueden tocar a algunos animales,
especialmente a pequeñas rayas acuáticas de piel sedosa por debajo y escamosa
por arriba.
Hay también ambientaciones terrestres, como la dedicada a la
selva africana, donde se pueden observar peces de agua dulce de África,
ranas, tortugas,… y con un alto muro vegetal con más de 150 especies de plantas
tropicales floreciendo en vertical como si fuera una selva de Madagascar.
También hay un espectáculo de delfines y, lo más
impresionante de él es que por debajo del agua existe una inmensa ventana desde
el que se puede ver como estos mamíferos evolucionan debajo del agua y se
preparan para el salto.
BIOSFERA
Una cacatúa recibe el visitante que entra a la Biosfera,
una esfera con estructura de acero y cristal convertida en un jardín
botánico tropical encima del agua en el Puerto Viejo de Génova. En su
interior no solo hay plantas tropicales como sicómoros, árbol de la goma, café,
tamarindo, vainilla, canela, bananos, palmeras, lianas,… sino también animales
como los corocoro rojos (Eudocimus ruber) de Sudamérica, tortugas
matamata (Chelus fimbriata), insectos palo, viuda de cola aguda (Vidua
macroura) y otros pájaros y mariposas que se mueven libremente por la
esfera y que ambientan de tal manera su interior que le parece a uno estar en
la selva tropical.
MUSEO NACIONAL DE LA ANTÁRTIDA FELICCE IPPOLITO
Los fríos hielos del Polo Sur también tienen cabida entre
los muelles del Puerto Viejo de Génova. Italia cuenta con dos estaciones
científicas en la Antártida: la estación Mario Zucchelli, en Bahía Terranova,
de 7000 m2, creada en 1985, y desde el año 2004 comparte con Francia la Estación
Concordia a 3.230 m de altitud y a 1.200 km de la costa. Y el espacio público
de estas dos estaciones para comprender qué es lo que hacen para la
investigación y conocimiento de esta región remota del mundo se encuentra en
una planta de uno de los viejos almacenes del muelle, el Museo Nacional de la Antártida Felicce Ippolito. También hay exposiciones
en Siena y en Trieste.
En un recorrido ancho pero tortuoso se repasa la historia de
las exploraciones del Polo Sur y especialmente las expediciones italianas
(desde 1985), con una exposición de una tienda de exposición y un quad
aventurero para poder sacarse una foto con anorak y parka polar. Hay unas
cuantas maquetas de bases polares, videos explicativos de cómo es la vida en la
Antártida para los investigadores, muestras de rocas, animales disecados (y de
espuma) e incluso una figura a tamaño natural de una orca nadando entre
témpanos. Al final también se exhibe un pequeño robot acuático que fue
utilizado para el estudio de las profundidades marinas en el océano antártico.
BIGO ASCENSOR PANORÁMICO
La singularidad del Puerto Viejo de Génova puede observarse
desde 40 metros de altura subiendo al Bigo, un ascensor panorámico con
vistas de 360º que recuerda a las viejas grúas que movían todo el material de
los barcos en el puerto. El ascensor sube y baja cada 10 minutos para estar un
tiempo en su altura máxima disfrutando del ajetreo del puerto.
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