Llamada
Ciudad de la Paz y la Santa, Jerusalén
es religión. Las tres principales religiones monoteístas la tienen como uno de
los epicentros de sus creencias y se han apoderado de algunos de sus
monumentos. Por si ello no fuera suficiente, casi cuatro mil años de historia y
el hecho de encontrarse en el cruce de caminos entre Europa, Asia y África la
convierten en una de las ciudades con más patrimonio histórico, arquitectónico
y arqueológico del mundo. Jerusalén es mezcla, es convivencia y es historia.
Ni
un día, ni una semana ni tan sólo un mes son suficientes para poder ver todo lo que ofrece la ciudad, pero si buscas opciones para viajar a Jerusalén, aquí están las diez cosas que no debes perderte si vas ahí...
Esta es la lista de los TOP TEN de JERUSALÉN
1) EXPLANADA DE LAS MEZQUITAS (MONTE DEL TEMPLO)
La
inmensa plataforma que el rey Herodes edificó para reconstruir el Templo de Salomón durante su reinado
aún es visible desde el Monte Scopus, aunque el Templo, destruido por los
romanos en el 70 d.C., haya desaparecido.
Fue
aquí, en el Monte Moriah, donde Abraham estuvo a punto de degollar a su
hijo Isaac por orden de Yahvé, antes de que un ángel se lo
impidiera. La roca donde quiso hacer el sacrificio, y que coronaba el monte, es
la Roca Fundacional, que ocupó el
Sanctasanctórum del Templo construido por el Rey Salomón y del reconstruido por
Herodes, que albergó también los dos objetos más sagrados del judaísmo, el Arca de la Alianza y el candelabro de
los siete brazos (Menorá). También
fue de esta roca de donde Dios extrajo la tierra para moldear a Adán.
Con
la llegada del Islam a Jerusalén
(siglo VII d.C.) durante el Califato Omeya, Abd al-Malik construyó el Domo de la Roca, un santuario situado
exactamente encima de la Roca Fundacional, ahí donde se había encontrado el
Templo. Para los musulmanes, la Roca es el lugar desde que el profeta Mahoma
realizó su Viaje Nocturno (Isra 'y Mi'raj) a lomos del caballo Buraq.
Datando
del 691 d.C. el Domo de la Roca no
es solo una de las obras de arquitectura islámica más antigua, sino también una
de las más bellas, y uno de los iconos de Jerusalén.
2) EL MURO DE LAS LAMENTACIONES
El Muro de las Lamentaciones, o Muro
Occidental, es la parte más cercana a lo que había sido el Sanctsanctórum del
Templo de Jerusalén. Para los judíos, cuya ley religiosa prohíbe el poder rezar
en la Explanada de las Mezquitas, este es el lugar más sagrado de su religión,
y un sitio que evoca el lamento por la destrucción del segundo Templo en el año
70 d.C., por el ejército romano.
El
acceso es permitido a los no judíos, e incluso se permite a los turistas el
poder escribir en un papelito alguna plegaria o algún mensaje de paz para
poderlo insertar en alguna de las grietas que se encuentran entre los grandes
bloques de piedra.
3) EL SANTO SEPULCRO
Lo
que fuera en su día el Monte Gólgota (o
Calvario), donde Jesús fue crucificado por los romanos, es ahora una
iglesia inmensa que engloba no solo la roca donde se clavó la cruz, sino
también la piedra en la que el cuerpo de Jesús fue lavado y la tumba donde fue
enterrado y de la que resucitó. Se trata de una basílica construida por Elena,
la madre del Emperador Constantino en el siglo IV y desde entonces fue
reconstruida y modificada varias veces. Distintas congregaciones religiosas
cristiana realizan servicios en diferentes capillas de la iglesia y tienen una
parcela muy bien controlada en una situación de statu quo que, para no crear
conflictos, se mantiene desde hace siglos. Un par de familias musulmanas son de
hecho los guardianes de las llaves de la puerta mayor desde la época de los
otomanos, y cada día por la mañana y por la noche se realiza una ceremonia de
apertura y cierre de las puertas.
Se
llega al Santo Sepulcro, desde la Ciudad Vieja de Jerusalén, recorriendo la Via Dolorosa, el camino que siguió
Jesús cargando con la cruz.
4) MONTE SCOPUS
Este
pequeño monte de 826 metros de altura en el extremo Este de Jerusalén se
encuentra al límite de la ciudad, y más allá de sus arboladas laderas se
extiende el ondulado desierto de Judea. Durante la guerra de Independencia de
Israel, en 1948, los judíos se apoderaron de este enclave para convertirlo en
un avanzado puesto militar. Posteriormente, su función pasó a ser educativa, y
actualmente el mayor campus de la Universidad
Hebrea de Jerusalén se encuentra en su cima, así como un jardín botánico.
Sin
embargo, la gran atracción del Monte
Scopus es la magnífica vista que tiene sobre la cara Este de la ciudad,
especialmente de la Explanada de las
Mezquitas (o Monte del Templo), el Valle
de Cedrón y el Monte de los Olivos.
Hay
que subir a primera hora de la mañana para gozar de la mejor luz del día.
5) MONTE SIÓN
En lo
alto de esta loma, junto a las murallas de la antigua ciudad, se levantó una
iglesia en la que fuera el viejo Cenáculo,
la habitación donde Jesús celebró su Última
Cena. Reconstruida por los templarios, la sala con sus vueltas góticas, fue
mantenida por los musulmanes que reconquistaron Jerusalén gracias al hecho de
convertirla en mezquita, y en el paño de pared que da al sur se ve un decorado
hueco para el mihrab.
Una
escalera de caracol lleva del Cenáculo hasta el piso inferior, donde se
encuentra la supuesta Tumba de David,
un gran sarcófago cubierto de tela donde la leyenda dice que reposa el rey que
refundó Jerusalén. En realidad la tumba de David se debería encontrar en su
antigua ciudad, ahora en ruinas, más al Este.
Cerca
del Cenáculo se encuentra la abadía de
Hagia María, una abadía benedictina de 1910 construida por el Kaiser
Guillermo II donde, según la tradición, tuvo lugar la Dormición de la Virgen María. En el Monte Sión también se encuentra
el cementerio cristiano en el que está enterrado el peliculizado Oskar Schindler.
La
importancia del Monte Sión en la
historia de Jerusalén se puede notar en su nombre, ya que se convirtió en
sinécdoque para definir tanto a la ciudad de Jerusalén como el país de Israel.
6) LOS TÚNELES Y LA CIUDAD DE DAVID
Cuando
el rey David quiso construir la
ciudad de su reino no necesitó empezar de cero. Conquistó en 1004 a.C. la
ciudad de Ur-Salem, fundada por los cananeos jebuseos y la convirtió en su
capital. Con el tiempo las murallas cambiarían de lugar, por lo que la Ciudad de David actual se encuentra fuera de las
murallas de Jerusalén, en un barrio de casas viejas en el que se están
encontrando muchos restos arqueológicos de gran importancia. En un antiguo
aparcamiento, por ejemplo, se está trabajando el yacimiento más importante del
país, una zona que podría reportar pistas sobre la ubicación del Palacio de
David. Hace poco se encontró un sello intacto del rey Ezequías, del siglo VII
a.C. De la misma época son los túneles excavados en la roca que conducían el
agua hasta una cisterna para poder sobrevivir en caso de asedio. Muy
anteriores, incluso de la época de Abraham, son los túneles cananeos, que
también se pueden visitar, y que protegían y hacían circular el agua hasta los
grandes depósitos de la ciudad.
7) MUSEO DEL HOLOCAUSTO (YAD VASHEM)
La
historia reciente del pueblo judío y los horrores del holocausto, en el que
hasta 8 millones de judíos murieron a causa del nazismo, se cuenta en el Museo del Holocausto o Yad Vashem, un edificio construido a propósito,
y con simbología arquitectónica, en medio de un bosque tranquilo en el oeste de
la capital. El museo ocupa 4.200 metros cuadrados de un edificio de 180 metros
de largo que atraviesa, parcialmente soterrado, la cresta de la montaña. A lo
largo del recorrido que nos lleva por sus salas el visitante conoce los
detalles de decenas de testigos del horror y la barbarie del holocausto, conoce
el testimonio de algunos supervivientes y después de aprender sobre el pasado,
desemboca finalmente a un balcón desde el que se observa la ciudad al fondo,
como una ancha apertura a un mundo mejor representado por la fundación del
Estado de Israel.
8) TORRE DE DAVID EN JERUSALÉN
Aunque
lleve el legendario nombre del Rey David, la Torre de David es en realidad una construcción más
reciente, una ciudadela militar de la Edad Media enclavada
entre las murallas de la ciudad pero que incluye algunas paredes, torres y
murallas que se remontan a la época de Herodes.
Se
encontraba junto a la puerta más usada de la ciudad, y fue evolucionando con el
tiempo, desde unas escaleras del antiguo palacio de Herodes y unas paredes de
la dinastía Omeya del siglo VII y VIII, hasta la construcción de los cruzados y
los posteriores mamelucos y otomanos. En la fortaleza habían tres torres
construidas por Herodes, y una de
ellas, llamada por su hermano Fasael, todavía se mantiene en pie. Los mamelucos
construyeron una mezquita en el interior, que después los otomanos renovaron y
a la que le añadieron un alto minarete que se ve desde casi cada rincón de la
fortaleza.
La Torre de David no actúa solo como
museo, sino que también hay varias salas de exposiciones e incluso un sitio
para conferencias.
9) MURALLAS DE LA CIUDAD VIEJA DE JERUSALÉN
Cuando
los Otomanos tomaron la ciudad de Jerusalén a los mamelucos ésta seguía sin
tener unas murallas suficientes,
después de su destrucción durante las cruzadas, por lo que el sultán Solimán I el Magnífico decidió
reconstruirlas a partir de 1537. La obra tardó cuatro años, pero mereció la
pena. Con un perímetro de 4.018 metros, un grosor medio de 2,5 metros y una
altura promedio de 12 metros, las murallas de Jerusalén son un monumento de
ingeniería militar otomana y una de las mejor conservadas del mundo, por lo que
en 1981 fueron inscritas al Patrimonio
de la Humanidad de la UNESCO. A lo largo de sus almenas se intercalan 24
torres de vigilancia y siete grandes puertas, y un largo paseo bordea gran
parte de su extensión, con numerosos paneles informativos que facilitan la
identificación de sus diferentes niveles.
10) PUERTA DE DAMASCO
Los
otomanos también fueron los constructores de la Puerta de Damasco, quizá la puerta más bonita y monumental de las
que permiten acceder al recinto de la Vieja Ciudad de Jerusalén. Está cercana a
la muralla noroeste, junto a la carretera que va hacia Nablus y que, hacia el
norte, sigue hasta Damasco (de ahí el nombre). En árabe se sigue llamando Bab al-Amud (puerta de la columna), en
referencia a una Columna de la Victoria frente a la puerta que construyeron los
romanos aquí en el siglo II d.C. y en la que había una efigie del emperador
Adriano. En el mosaico del mapa de Madaba
(en Jordania, fechado en el siglo VI d.C: aún se observa esta columna).
La
puerta sigue estando flanqueada por dos torres con matacán y decoraciones de
almenas triangulares en la crestería.
Al
flanquearla se entra de lleno en los bazares del barrio árabe, con muchas
tiendas que parecen surgidas de algún cuento de las Mil y Una Noches.
Se
puede recorrer la Ciudad Vieja de
Jerusalén a pie, pero para poder gozar de toda la historia de cada uno de
sus rincones y poder conocer el resto de la ciudad lo mejor es hacerlo de la
mano de un guía especializado.
Los mejores guías en Jerusalén son, sin duda:
-Gold Carpet Tours
Puedes escuchar algunas recomendaciones sobre la visita a Jerusalén en el programa que le dedicamos en en Radio Asturias, en el programa La Buena Tarde.
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