11 nov 2016

TÁRTAROS DE POLONIA

En este post descubrirás quienes son los Tártaros de Polonia y sabrás como esta etnia procedente de oriente mantiene aún sus tradiciones y su religión islámica entre la mayoría católica del país.
La mayor parte de los 38 millones de habitantes de Polonia son practicantes de la religión católica (de hecho veneran a Juan Pablo II, el papa de origen polaco), pero entre las religiones minoritarias se encuentran principalmente los ortodoxos y los judíos.  Y aunque reducido a menos de cinco mil personas y alejados hasta la frontera Este con Bielorusia, también un pequeño grupo de musulmanes de la etnia Tártara.
Tártaros de Polonia

¿Quiénes son los Tártaros de Polonia?

En el siglo XIV, Vitautas el Grande, Gran Duque de Lituania, cuyo territorio se extendía por lo que hoy es el este y norte de Polonia, invitó a un grupo de tártaros a instalarse en esta tierras de grandes bosques y campos para asentarse y ejercer de fuerza de choque contra invasiones vecinas. Se conocen como los Tártaros de Lipka, y siguen habitando las regiones de Lituania, Bielorusia y Polonia en la que se asentaron. Descendían de los ejércitos de Genghis Khan diseminados por Europa, y el tártaro es aún una lengua de origen turca hablado por esta minoría.
Además de su lengua también conservan su otra característica identitaria: su religión musulmana.

Los tártaros de Kruszyniany

En Kruszyniany, un minúsculo pueblo al Este de Polonia, muy cerca de la frontera con Bielorusia, el paisaje es de extensiones onduladas de campos cultivados. Aquí la población vive principalmente de la agricultura y trabaja toda la semana en el campo, y llegado el día de culto, descansan. 
Paisaje tártaro
Granja tártara
Pero a diferencia de sus vecinos cristianos que van a misa el domingo, aquí los tártaros de Kruszyniany descansan los viernes para ir a la pequeña mezquita del pueblo. Sus antepasados llegaron aquí hace trescientos años, invitados por el rey Juan III Sobieski después que los Tártaros le salvaran la vida en la batalla de Párkány en 1683. Los primeros tártaros en llegar fueron los soldados del coronel Samuel Murza-Krzeczowski, uno de sus guerreros más apreciados, un héroe para ellos. No queda nada de esa época, pero los campesinos aún pueden indicar donde estaba la granja del coronel. 

La mezquita de Kruszyniany

La mezquita de Kruszyniany se remonta a mitad del siglo XVIII aunque fue renovada en 1846. Es un edificio de madera pintada de verde, con dos estrechas torres que se elevan en uno de los flancos, y si no fuera por las medias lunas doradas que las coronan sería difícil diferenciarla de las iglesias típicas de la zona de Bialystok.

Durante la Segunda Guerra Mundial fue impactada por una bomba que no llegó a explotar, e incluso sirvió como hospital de campaña alemán (que había invadido Polonia) durante un tiempo. Fue entonces que se llevaron parte de los tesoros y ajuares de la mezquita, y ahora su interior, aunque alfombrado y con algunas decoraciones en las paredes, aparece bastante vacío. La mezquita tiene dos entradas: una para los hombres y otra para las mujeres, que tienen una zona delimitada para ellas.
Mezquita de Kruszyniany
Minaretes de la Mezquita de Kruszyniany
El guía de la mezquita
Interior de la mezquita de Kruszyniany
Interior de la mezquita
Los tártaros polacos son musulmanes, y siguen su credo con la misma fe que los cristianos o judíos polacos. Y lo más significativo de todo ello es que su religión no les hace sentirse segregados de sus compatriotas. Por encima de todo, son polacos.
Fue esta fidelidad a su patria nueva la que hizo que, por ejemplo, cuando los turcos invadieron Austria y sitiaron Viena, los tártaros lipka se encontraban entre los ejércitos cristianos que derrotaron a los otomanes musulmanes. Desde que Vitautas el Grande los llamó para poblar sus tierras, los tártaros, excelentes jinetes y soldados aguerridos han participado en todas las guerras de Polonia y algunas extranjeras con unidades especiales de caballería.     
Cerca de aquí, otra población mantiene una de las mezquitas más viejas de Polonia, la de Bohoniki.

El cementerio musulmán de Kruszyniany

A apenas 100 metros de la mezquita, en un pequeño monte arenoso cubierto de árboles, se encuentra, vallado por un muro de grandes piedras, el cementerio musulmán (mizar) de la comunidad. La lápida más vieja (que ya casi con las inscripciones borradas por el paso de los años parece una simple piedra) es de 1744. Los textos están escritos en árabe, polaco o ruso en alfabeto árabe (e incluso algunas en cirílico ruso), y muchas de ellas tienen inscripciones de fragmentos del Corán. La mayoría de las tumbas son viejas, y las nuevas son de gente mayor que murió de viejo.
Lápida del cementerio de Kruszyniany
Tumbas del cementerio de Kruszyniany

El futuro de los tártaros

Es la reducida población de tártaros y su extremada minoría frente a los polacos cristianos que puede hacer peligrar la subsistencia de esta etnia. Los jóvenes, que van a estudiar a las principales ciudades del país, pierden también su fe y sus tradiciones, por lo que muchos de ellos no regresan a sus pueblos y acaban quedándose a vivir en las ciudades cristianas, incluso formando familias de credo mixto en las que el cristianismo acaba imponiéndose aunque sea por comodidad.
En la población de Białystok, la capital de la zona de Podlasie, se encuentra el Museo de Białystok que contiene algunas piezas tártaras (unas 70), coleccionadas por Maciej Konopacki, uno de los tártaros que empezó a recuperar las tradiciones. Białystok es también donde se encuentra la mayor población tártara de Polonia, y donde se encuentra la Unión Religiosa Musulmana, el organismo que los agrupa en el País, además de que en la ciudad también se encuentra el Centro Islámico, un edificio moderno construido con ayudas de otras naciones musulmanas.
Antes de que desaparezca su cultura, en Kruszyniany los vecinos se han propuesto recuperar el orgullo tártaro. La mezquita, aunque no sea usada para la plegaria ni exista ya un imam que los sermonee el viernes, es un museo abierto a todos los visitantes que llegan con la curiosidad de conocer a los últimos tártaros de Polonia.

Restaurante y museo tártaro

Los visitantes de Kruszyniany hambrientos pueden degustar platos tradicionales tártaros en el restaurante Tatarska Jurta, un complejo de restauración que incorpora desde hace poco un museo tártaro en el que se exhiben unos cuantos vestidos, alcoranes y otras reliquias del pasado tártaro del pueblo y de los Bogdanowicz, la familia propietaria del restaurante. Los platos más tradicionales a probar son los Kartoflaniki (una especie de empanadillas de carne) y la Babka ziemniaczana (un pastel de carne y verduras).
Babka ziemniaczana
Kartoflaniki
Una decoración interior de madera bien cuidada da idea de cómo son las granjas tradicionales tártaras, y para los que quieran evocar los orígenes nómadas de los tártaros, afuera, delante de los establos, se encuentra una yurta tradicional tártara como las que se usan todavía en Mongolia.
Yurta tradicional tártara
Interior de la Yurta tártara
El museo, que poco a poco crecerá, será el punto dinamizador de la cultura, con la realización de charlas sobre los tártaros, demostraciones de tiro al arco y caballería e incluso conciertos de música tradicional. Esperemos que la cultura tradicional tártara y especialmente su religión se mantengan aún, puesto que desde el siglo XIV son la prueba fehaciente de que en Europa islam y cristianismo pueden vivir juntos sin problema.
Libro en árabe del museo de Kruszyniany
Vestido de imam en el museo de Kruszyniany

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