Fundada por los
españoles en 1570, Guanajuato es una
de las ciudades más antiguas de México, y la que da nombre al Estado de la que
es capital.
Los chichimecas que
poblaron la zona en la época prehispánica la llamaron Mo-o-ti, que significa “lugar
de metales”, lo que indica la riqueza del subsuelo de la ciudad en
minerales, especialmente de oro y plata que fueron explotados en grandes y
profundas minas por los conquistadores. Su nombre actual deriva del Purépecha kuanasi uata, que significa Cerro de
las ranas.
La ciudad y las
minas de los alrededores fueron declaradas Patrimonio
de la Humanidad por la UNESCO en 1988, por su importancia histórica y artística.
Lo que hay que ver en Guanajuato es:
Minas de Guanajuato
Es donde
descubriremos el verdadero pasado de Guanajuato, que le dio su fama y su
riqueza. Hay varias minas y varias entradas para su visita, por lo que
tendremos la opción que mejor se acomode a nuestro estado físico. Lo más
importante es no sentir claustrofobia y dejarse llevar por algún guía que no sólo
explique la historia del lugar sino sus historias y leyendas, con mineros
fantasmas muertos en accidentes en el interior de las minas y que aún hoy en día
siguen apareciendo, a veces. Ojo avizor…
Alhóndiga de Granaditas
Uno de los
episodios de la Guerra de la Independencia de México más famosos fue la toma de
la Alhóndiga de Granaditas de Guanajuato por Miguel Hidalgo e Ignacio
Allende. Aquél era un almacén de grano del siglo XVIII en el que se refugiaron
algunas familias españolas durante la lucha por la independencia y en el que se
acuartelaron también las tropas realistas.
Las tropas
revolucionarias asediaron el edificio hasta que pudieron entrar, el 28 de
septiembre de 1810, y cuando lo
consiguieron sus ocupantes terminaron masacrados. El artífice de romper el
asedio fue Juan José de los Reyes Martínez Amaro, llamado el Pípila, que
consiguió acercarse a una de las puertas fuertemente protegidas cubriéndose la
espalda con una losa de piedra fijada con cuerdas para protegerse de las balas
de los refugiados.
La estatua del Pípila
La ciudad estuvo
eternamente agradecida al Pípila, por lo que le construyeron una enorme estatua
en uno de los cerros que la domina, y que se ha convertido en uno de los
mejores miradores para observar la ciudad de Guanajuato.
El teatro Juárez
Es uno de los
teatros más bellos de México, fruto de la riqueza de las minas de plata y oro
de la ciudad. Se terminó de construir en
1903 en estilo neoclásico y desde entonces ha estado ligado intensamente con la
actividad cultural de la ciudad, especialmente durante el Festival Internacional Cervantino, del que es sede desde 1972.
El callejón del beso
El callejón más
estrecho de Guanajuato tiene un par de balcones enfrentados que parecen casi
tocarse y quedan a escasos centímetros uno de otro
Dice la leyenda que
en una de las casas vivía una joven heredera de un rico propietario de minas,
que se enamoró de un pobre minero. El chico alquiló la habitación con el balcón
de enfrente para poder estar cerca de su amada y poder hablar y besarse cada
noche a través de la corta distancia entre los balcones. Cuando el padre se acabó
enterando, amenazó a la muchacha que la mataría si volvía a suceder, pero la
chica, pensando en que al ser hija única no se atrevería, volvió a verse con el
muchacho esa misma noche. El padre, encolerizado, acabó matando a su propia
hija de una puñalada.
Actualmente en la
casa del balcón del muchacho se encuentra una tienda de recuerdos desde la que se
puede acceder al balcón para poder hacerse una foto con la pareja, dándole un beso,
claro.
El museo de Diego Rivera
En una de las
coloreadas calles (Positos Número 47) cercanas a la Alhóndiga se encuentra el
museo dedicado a la vida del muralista Diego
Rivera, que ocupa desde 1975 la casa natal del pintor. Se encuentran
algunas obras de toda la trayectoria de Rivera, des de obras infantiles, como “Cabeza
Clásica” hasta obras realizadas poco antes de su muerte en 1956, como “Paloma
de la paz” y “Madame Libert”.
Museo de las Momias de Guanajuato
Hay que ser un poco
morboso para entrar en el Museo de las Momias de Guanajuato.
Se trata de cadáveres
momificados por el ambiente seco de las tumbas en los que fueron enterrados, y
que han conservado muy bien los rasgos faciales hasta el punto de poderlos
reconocer. Por ello, no son momias antiguas, como las egipcias o las peruanas,
sino momias naturales cuya antigüedad no supera los dos siglos. Fueron
descubiertas en 1865, cuando se extrajo el primer cuerpo momificado del panteón
de Santa Paula y que fue el primero del centenar que después se mostrarían al público
en el Museo dedicado especialmente a ellas. Son tan famosas que incluso en la
ciudad se han creado unos dulces de azúcar con forma de momia y se han rodado
películas de terror con las momias de Guanajuato como protagonistas.
Puedes escuchar las recomendaciones para visitar Guanajuato que hicimos en el programa que le dedicamos en La Buena Tarde de Radio Asturias:
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