Yo lo probé en el Polo Norte, pero a bajas temperaturas también es posible.
A -30ºC cerca del Polo Norte, en la base rusa de Barneo, el agua hirviente se convierte instantáneamente en una nube de nieve. La física de esta rápida transformación es clara:
1) el agua hirviente aumenta su superficie y se evapora
2) el vapor de agua se condensa inmediatamente en pequeñas gotas
3) estas gotas se congelan inmediatamente en copos de nieve formando la nube
Espectacular, ¿verdad?
Esta prueba la hice durante la Expedición Último Grado al Polo Norte que describo en el libro VIAJE AL BLANCO.
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