En este post te contamos qué ver en
SUR Y LA COSTA DE OMÁN
Quriyat
El primer contacto con la costa de Omán se puede
obtener en Quriyat (a veces escrito como Qurayyat), una pequeña población que
encontramos en el viaje hacia la ciudad de Sur. Su ancha playa de arena
protegida la hizo perfecta como puerto de las barcas de pescadores que
sobreviven en las aguas cercanas. Ocupada por los portugueses, construyeron
varias fortalezas y torres de defensa, de las que quedan un par: un gran fuerte
en el interior, y la torre del fuerte Al Sahel, erigida sobre una roca
que parece flotar sobre el agua de la bahía frente al puerto.
Bimmah Sinkhole
La geología en Omán es espectacular, y no solo en
sus montañas, sino también en sus cuevas y algunas curiosidades locales. Una de
ellas es Bimmah sinkhole, un agujero excavado en la roca que tiene un
lago de aguas cristalinas en su base. En realidad se trata de un cenote, una
caverna creada por la erosión de la roca calcárea que terminó colapsando y
dejando abierto un agujero de unos 50x70 metros y una profundidad de 20 metros.
Hay un parque arbolado construido alrededor del agujero y unas escaleras permiten
acceder al fondo para bañarse en las frescas aguas.
Wadi Shab
Wadi
Shab es uno de los wadis más escénicos de todo Omán, un río que ha labrado un
cañón en la roca de 30 kilómetros de largo. Su extremo, junto al mar, es solo
accesible en barca, y a partir de ahí el camino lo bordea durante dos
kilómetros internándose entre paredes de roca dorada. Aparecen charcas,
cascadas, pozas y una lujuriante y verde vegetación entre la aridez del
desierto rocoso, bordeadas por palmeras datileras. Hay que nadar por una laguna
interior hasta una cascada escondida debajo de una roca para descubrir todo el
encanto de Wadi Shab.
Qalhat
La ciudad de Qalhat fue una de las más
importantes de Omán a partir del año 1230, convirtiéndose en uno de sus
principales puertos comerciales antes del fin de la Edad Media. Fue parte del
antiguo reino mercader de Hormuz (en Irán), y ofrecía un buen recaudo a los
barcos comerciales en la península de Ras al Hadd y agua gracias a las fuentes
de los valles de las montañas. Las murallas de un kilómetro que circundaban la
ciudad y los acantilados que la protegen del mar no fueron suficientes para
aguantar el ataque de la armada portuguesa en 1508 y desde entonces la ciudad
quedó en ruinas. En las crónicas de viajeros medievales como Marco Polo
(1254-1324) e Ibn Battuta (1304-1377) se menciona la ciudad como una de las más
ricas de la región. Solo queda de ella algunos muros desmoronados, una cisterna
y el mausoleo de Bibi Mariam, un edificio cuadrangular que permite
intuir la riqueza arquitectónica de la ciudad. Se cree que fue construido en el
año 1311 D.C., con piedras de arenisca y coral, y estaba ricamente decorada con
estuco y cerámica azul de Persia. Su arquitectura sugiere un vínculo con los
actuales Irán e Irak, puesto que se parece a construcciones encontradas allá. Sus
ocupantes fueron Bibi Mariam (muerta en 1329) y su marido, Baba ad Din Ayaz,
gobernador de Qalhat y de Hormuz, que murió en 1311.
Sur, el último reducto en la construcción de dhows
En la ciudad de Sur, a dos horas en coche de
Mascate, se puede ver uno de los últimos dhows
que surcaron las olas transportando carga. La proa afilada y grácil del Fatah
Al Khair corta ahora solo el aire en el dique seco en el que se encuentra
exhibido el barco frente al mar. Hubo un tiempo en que la ciudad de Sur contaba
con más de trescientos barcos como este para el transporte de mercancías hasta
África, Persia e India. El barco se terminó de construir en 1952, y tiene la
forma y velamen de un Ghanjah, pensado para comerciar. Visitó los puertos de
Aden, Básora, Sri Lanka y Zanzibar. La madera se ha conservado tan bien porque
es de teka. La ciudad de Sur lo compró en 1993 y desde entonces lo exhibe como
un monumento glorioso a su pasado navegante.
También se puede ver en una colina sobre Sur el castillo de Sunaysilah, una enorme construcción que domina toda la ciudad y que fue construida al poco de ser expulsados los portugueses, en 1650 d.C. Las vistas sobre la ciudad (extensa y de casitas blancas y bajas) son magníficas y llegan hasta distinguir perfectamente la franja de mar cálido sobre la que se asienta Sur.
También se puede ver en una colina sobre Sur el castillo de Sunaysilah, una enorme construcción que domina toda la ciudad y que fue construida al poco de ser expulsados los portugueses, en 1650 d.C. Las vistas sobre la ciudad (extensa y de casitas blancas y bajas) son magníficas y llegan hasta distinguir perfectamente la franja de mar cálido sobre la que se asienta Sur.
En los astilleros de Sur, frente a la torre de
vigilancia de Al Ayjah también se construyen los últimos dhows tradicionales, a
mano. Todos los obreros son indios, porque ya no quedan omaníes que conozcan el
arte de fabricarlos, y artesanos de Kerala trabajan en los dos barcos anuales
que se construyen en los astilleros.
Ras al Jinz Turtle Reserve
Las
torturadas formas de las rocas en la costa de Ras Al Jinz son excelentes para obtener fotos de geología
surrealista. Pero esta península en el extremo oriental de Omán también es el
lugar en el que se han hecho varias excavaciones arqueológicas que han
permitido descubrir una gran riqueza comercial entre Omán y el Valle del Indo y
Mesopotamia, con restos de hace más de 4.300 años. Aquí se han encontrado
cerámicas del Indo y brea (para calafatear) que solo podía provenir de
Mesopotamia.
Pero
si de día las playas y rocas de Ras al Jinz son espectaculares, de noche son
todavía más increíbles, puesto que durante todo el año acaban llegando a la
playa centenares de tortugas verdes (Chelonia
mydas) que salen del agua para buscar un sitio donde excavar el agujero en el
que ponen unos cien huevos cada una de ellas. Ras al Jinz es uno de los mejores
lugares del mundo para ver la puesta de las tortugas.
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