Playas de ensueño
de arena fina bañadas de un agua transparente, hoteles con todas las facilidades,
excursiones de interés cultural e histórico en los alrededores y un sol
constante. Parece que estemos hablando del Caribe, Maldivas o Mauricio, pero hay algo distinto en estas
playas: en la arena mojada por el mar se pueden ver unas pisadas redondas que
parecen platos. Si levantamos un poco más la vista podremos ver a su dueño, un
dromedario, y al dueño de éste, un
bereber, que se nos acerca para proponernos una excursión a lomos del camello.
Estamos en el Norte de África, y estas playas de ensueño se encuentran en la Isla de Djerba de TÚNEZ, a poco más
de dos horas de vuelo de España.
Djerba es distinta. Diferente a otras islas del mediterráneo e incluso al
resto del país. La isla de Djerba es pequeña (apenas 514 kilómetros cuadrados
distribuidos en una isla aproximadamente redonda de 15 por 20 kilómetros) pero
sin embargo es la isla más grande del norte de África y un mundo aparte y casi
legendario, con playas que parecen del paraíso.
Aquí te explicamos...
QUE VER EN DJERBA (TUNEZ)
Algunos autores
sitúan a Djerba como la Isla de los Lotófagos en la que Ulises y sus compañeros
naufragan durante la Odisea de
Homero. Lo que sí que es cierto es que ya los fenicios en el siglo IV a.C.
habían recalado en sus playas estableciendo puertos comerciales, y se tiene
constancia de un texto antiguo de esa época que describe el viaje de Escílax de
Carianda y menciona por primera vez a Djerba, ya en esa época como una isla
que:
Produce mucho aceite, que se obtiene de los olivos silvestres; la isla también produce muchos frutos, trigo, cebada, y la isla es fértil.
Esa fertilidad aún
se aprecia hoy en los grandes campos de olivos y palmeras plantadas en el
interior y en las aguas costeras donde abunda la pesca y que atrajeron también
a las primeras potencias interesadas que construyeron los monumentos que aún
hoy se aprecian.
Calzada romana de Djerba
Los romanos
enlazaron la isla con el continente a través de una larga calzada de unos seis
kilómetros de largo que aún es utilizada no solo para los vehículos sino
también por un par de tuberías por las que se suministra agua a la isla. A
pesar de los casi 4.000 pozos que hay en toda la isla, el agua es escasa y hay
que complementarla con agua traída de tierra firme. En la carretera y en los
puentes bajo los cuales pasan los centenares de pequeñas barcas de pesca de
madera, normalmente se ponen algunos pescadores con sus cañas.
Mezquitas
Los árabes
invadieron Djerba en 665 d.C. dirigidos por Ruwaifa ibn Thabit Al Ansari, un
compañero del profeta Mahoma. Ahí se establecieron e introdujeron el Islam,
aunque en Djerba se practica según la escuela ibadí (una de las primeras disociaciones del islam). Es el credo
principal de Omán, pero también de la isla de Djerba, a diferencia del resto de
Túnez, de mayoría sunita.
Esta diferencia
religiosa se nota principalmente en la arquitectura de las mezquitas de Djerba
(hay más de 300, de las cuales en funcionamiento son más o menos la mitad), ya
que están construidas según la estética ibadí: sencillas, sin florituras,
austeras y con los minaretes siempre de acceso por el interior de la sala de
oración.
Algunas incluso son
semisubterráneas, con la mayor parte bajo tierra, y la mayoría tenían grandes
paredes para poder servir como puntos defensivos del territorio.
Castillo de Borj el Kebir (Borj Ghazi Mustapha)
De 1134 a 1160 los
normandos de Sicilia consiguieron arrebatar la isla a los árabes, pero no
duraron mucho. No sería hasta 1284 en que Djerba volvería a manos cristianas,
esta vez bajo las tropas del almirante italiano criado en la corte de los reyes
de Aragón en Barcelona, Roger de Llúria.
Llúria construyó un castillo aún visible (el Castelló, llamado Borj el Kebir o también Borj Ghazi Mustapha), que
después sería ampliado por Ramon
Muntaner (nombrado gobernador en 1311). Después de muchas revueltas, los
aragoneses tuvieron que abandonar el castillo en 1335 y desde entonces se sucedieron españoles, turcos y piratas
como Barbarroja.
Entre el castillo y
el puerto se encuentra un pequeño obelisco que marca el lugar en el que, entre
1560 y 1848 se encontraba una enorme columna
de calaveras, Borj er Rous, de once metros de altura construida con los
cráneos de los miles de soldados cristianos que murieron bajo el ejército del pirata Dragut cuando conquistó el
castillo en 1560 y ganó la batalla naval
de Los Gelves.
Djerba Explore Park
Djerba tiene
también un parque recreativo aunque en lugar de atracciones de feria en este,
el Djerba Explore Park, se encuentran varias reproducciones de casas
tradicionales (Houch y Menzel) tunecinas e incluso un cocodrilario donde se
crían cocodrilos del Nilo.
Al lado, se encuentra el museo Lalla Hadria, repleto de objetos desde Persia a Al-Andalus y de más de mil años de antigüedad repartidos en 15 salas.
Al lado, se encuentra el museo Lalla Hadria, repleto de objetos desde Persia a Al-Andalus y de más de mil años de antigüedad repartidos en 15 salas.
Houmt es Souk
La principal población
de Djerba es Houmt es Souk, una
animada ciudad de 80.000 habitantes con un zoco de callejuelas laberínticas con
tiendas de recuerdos, objetos de cerámica, especias y esponjas marinas.
Una de las grandes atracciones del mercado es el zoco del pescado, un lugar donde cada día se subasta el pescado fresco capturado por la noche y la mañana. Sentados en altas sillas, los subastadores dan voces para los lotes de pescado (a menudo enlazados los peces entre sí con cuerda de palmera).
Una de las grandes atracciones del mercado es el zoco del pescado, un lugar donde cada día se subasta el pescado fresco capturado por la noche y la mañana. Sentados en altas sillas, los subastadores dan voces para los lotes de pescado (a menudo enlazados los peces entre sí con cuerda de palmera).
Cerámica y alfarería de Guellala
En la ciudad de
Guellala, al sur de la isla, existe un Museo de Artesanías, y es que en esta
pequeña población se mantiene aún una de las actividades más reconocidas de
Djerba, la alfarería tradicional:
platos, tajines, tazas, ollas,… llevan los diseños bereberes pintados o
esculpidos. La alfarería en Djerba se remonta a la época romana. Incluso
también hay algunos detalles curiosos, como los camellos mágicos, en cuyo
interior se mezclan líquidos vertidos por dos oberturas contrapuestas sin
verter una sola gota. Varios talleres junto a la carretera muestran al
visitante como se producen las vasijas, tazas, ollas y platos que después
venden a precios muy buenos.
¿Y tú, cuando
piensas visitar Djerba, en Túnez, para descubrir todo lo que te estás perdiendo?
Más información: www.turismodetunez.com
#TrueTunisia
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